jueves, 30 de abril de 2009

Porqué Parra, porqué ahora



por Jorge Etcheverry
www.etcheverry.info
Ottawa, Canadá
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Para nuestro grupo, la Escuela de Santiago, que comenzaba a enarbolar sus primeras armas y enseñas en la batalla de las tendencias poéticas del Chile de la segunda mitad de los sesenta, Parra era una figura ambigua, atractiva y a la vez adversaria. Carlos Zarabia (Julio Piñones) comentó que leer a Parra era como leer al Condorito, en una entrevista por televisión a la Escuela de Santiago por Antonio Skarmeta con motivo de la salida de 33 Nombres claves de la poesía actual chilena, antología de la revista Orfeo muy vilipendiada por la crítica (en realidad Alone y Valente). Con el tiempo y el exilio, primero involuntario y luego aceptado, nos hemos ido reconciliando con nuestro propio humor e ironía individuales y nacionales, a la vez que se nos desmigajaba y endurecía el pan mañanero de las metas e ideales tempranos, y Nicanor Parra ha ido asumiendo un lugar cada vez más señero en nuestro horizonte poético.

Si bien la poesía de Parra no ha alcanzado el reconocimiento universal de la Mistral, Neruda y Huidobro, que bien se lo merece, representa un polo complementario respecto a la poesía de los dos últimos, y más aún a la de Pablo de Rokha, cuya demasía, violencia y exuberancia es casi la antítesis de la antipoesía, en que “Los versos son en general breves y contenedores de ideas con valía autónoma”, cuya figura hablante es la de un poeta que “se ve mediano, ni alto ni bajo, ni tan sabio ni tan ignorante, hombre como los demás, con palabras iguales a las de los otros”, opuesto al “yo de la poesía tradicional (que) tiene un mismo carácter, grandioso y excepcional”, ya que “La antipoesía rechaza tal carácter, que le parece fatuo y desproporcionado, y proclama en su lugar un yo común y corriente”, como sostienen los estudiosos citados en itálicas.
La antipoesía es universal: se la ha visto como enraizada en lo más autóctono de la chilenidad, con su indudable elemento campesino: “Ese humor áspero, “medieval”, arcaizante, es el que hallamos justamente en la poesía popular chilena, una poesía cuyos temas, técnica y estilo Parra recreó en los poemas de La cueca larga”.Pero se ha afirmado además su origen surrealista, y también anglosajón, específicamente beatnick, aunque según Benedetti “Tanto los beatnicks como Parra asisten a la decadencia de la humanidad, pero mientras los primeros no se consideran proselitistas , sino vencidos de antemano, el chileno usa toda su agresividad para modificar la realidad que detesta”. Se ha visto en la antipoesía la influencia de la poesía española de Machado y García Lorca; se la ha supuesto inspirada en el nihilismo, el marxismo, el existencialismo, y se ha dicho sobre Parra, que “Toda su obra es una búsqueda de la autenticidad y en esa búsqueda oscila entre la filosofía del absurdo y la afirmación de un compromiso moral”. Pese al humor, la socarronería campesina, la antipoesía se ha descrito a esta variante poética como teniendo un fondo atormentado y lúgubre. En algún momento se proclamó incluso su esencia confesional. Estas aseveraciones de la lectura y la crítica muestran a la antipoesía como unificando extremos, o a lo mejor rechazándolos en su mutuo conflicto. Por ejemplo el antipoema:

“Cuba sí
Yanquis también”,

al que el lector contrapone al momento de leerlo, el consabido “Cuba sí, yanquis no”, de los sesenta y setenta.

O este otro ejemplo:

“La izquierda y la derecha unidas
Jamás serán vencidas”,

en que el cliché político chileno de comienzos de los setenta:

“La izquierda unida
Jamás será vencida”

se ve sustituido por el antipoema que lo utiliza para existir, pero que lo niega. Así vemos que la antipoesía existe y se nutre del contexto social, político y cultural, que está hecha para los coetáneos, que pueden efectuar inmediatamente las conexiones que su lectura exige. El antipoema es un espacio que permite una cierta visión de la realidad contemporánea a través de sus fragmentos y escombros. No olvidemos el dicho heideggeriano de que "el mundo aparece tras el horizonte de los útiles rotos". Los valores y expresiones de los diversos sectores de la sociedad contemporánea y su abanico de ideologías se entrecruzan en el espacio que les brinda la antipoesía y se anulan mutuamente. Paradójicamente, el lector que escribe esto percibe a esa voz poética como análoga a las grandes voces narrativas del modernismo occidental: Kafka, a quien Parra admiró y por quien fue influenciado, Samuel Beckett, Witold Gombrowicz, José Donoso, Musil, Coetze, Sábato, Onetti y Manuel Rojas (lista muy personal), en su representación negativa de la realidad social contemporánea, que otorga al hombre una universalidad que va más allá de las limitaciones de color, nivel económico y género, hacia una conciencia unificadora con sus imperativos categóricos morales y representativos. O al menos trata. Esto es algo que creemos entrever como el armazón básico de los antipoemas. Es como un llamado a no dejarse encandilar por las apariencias ni las pequeñas anécdotas sociales, los signos de estatus, las granjerías en que se debaten los seres apresurados de las urbes contemporáneas, envueltos en la charla sin cesar de las ‘habladurías’ y yendo de una pantalla a otra impulsados por un ciego ‘afán de novedades’. Las presuposiciones y la percepción del lector identifican a Nicanor Parra como responsable de este subgénero poético de la antipoesía, que relativiza las militancias y afiliaciones a fardo cerrado y nos hace sospechar de toda declaración absoluta y seria. Después de todo--y a título personal--estamos en una época medieval de guerras religiosas, orweliana, en que se desatan guerras por la paz, los presidentes se venden como la coca cola, la noósfera de Teillard de Chardin cubre el planeta de basura, los programas televisivos le muestran al telespectador arrellanado en su sillón las especies naturales y los pueblos autóctonos al mismo tiempo que se aproxima su extinción, un poco a la manera en que los sacerdotes españoles documentaron en América las culturas autóctonas que el imperio aniquilaba.

A medida que las circunstancias históricas se hacen por así decir menos y menos ‘humorísticas’, y como contrapeso natural, la envergadura de Nicanor Parra se ha ido extendiendo. Esperamos que las iniciativas para convertirlo en Premio Nobel puedan prosperar en un ambiente en que la seriedad y gravedad parecieran acompañar a la fragilidad identitaria de los grupos y naciones que bregan por rescatar o validar su historia/modo de vida en el marco de una globalización alienante. Este premio Nobel para Nicanor Parra sería una pequeña válvula de escape para expresar, a través del humor, la parodia y la ironía, las contradicciones y diferencias en el mundo del fin de la historia, en apariencia multifacético y vistoso, pero en realidad más y más homogéneo, frente al que no pareciera haber alternativas.

Homenaje a alfabetizadores chilenos

Imprescindibles de Latinoamérica

por Marcelo Lira Segovia

En una recepción privada pero bastante numerosa compartimos con el Delegado Internacional del Frente Sandinista de Liberación Nacional Carlos Fonseca Terán, que este mes de abril se encuentra en Chile, invitado al acto de proclamación del candidato único del Juntos Podemos de la izquierda chilena. Nos reunimos en casa de la embajadora de Nicaragua María Luisa Robleto, en un almuerzo típicamente nicaragüense acompañados de una tarde casi veraniega en pleno otoño chileno.
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En la ocasión se hizo entrega de diplomas de reconocimientos a tres mujeres y un varón, que volvían de la campaña de alfabetización en Nicaragua. Jóvenes chilenos comprometidos en el hermoso gesto de enseñar las primeras letras en tierra hermana. En aquel emotivo acto, se recordó por parte del Delegado del Frente Sandinista, que esta unión estrecha entre chilenos y nicaragüenses tiene larga data, y no era menor recordar que la mayor cantidad de combatientes latinoamericanos aportada a la lucha revolucionaria sandinista, fue justamente la chilena. Internacionalistas que ofrecieron sus vidas adentrándose en la experiencia sandinista, en la selva para alcanzar lo que para entonces era “el sueño de la victoria contra el dictador”. Presentes en el homenaje, había viejos amigos Combatientes Internacionalistas que con recogimiento escuchaban la intervención de Fonseca.
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Más tarde intervine para leer el saludo particular de dos Premio Nacional de Poesía de Venezuela y de poetas que participan en el libro, Antología Poetas de América Siglo XXI, Sandino, orgullo de América, que será presentada en la Casa del Escritor Chileno (Sech), los primeros días de julio, para luego ser presentada en Managua en el Trigésimo Aniversario del triunfo popular revolucionario.
A los jóvenes homenajeados en la ceremonia, les recordé que la poetisa universal Gabriela Mistral también tuvo su reconocimiento en México el año 1922, cuando fue invitada por el Secretario de Educación Pública José Vasconcelos (1882-1959), escritor y filósofo que delegó en la maestra y poeta que cooperó en esa reforma educacional y alfabetización de la queridísima nación azteca. Reconocimiento que le valió por parte del Gobierno mexicano un monumento en vida, encargado al famoso escultor José Ignacio Asunsolo.
Observé la emoción de aquellos jóvenes cuando dije que ellos eran depositarios de esa nobleza con la educación de un pueblo hermano, como asumió la poetisa Gabriela Mistral aquella empresa sublime, aquel acto puro de amor y el de ellos, que sólo asumen en esta vida los seres que reconocemos como “imprescindibles para nuestros pueblos hermanos de Latinoamérica”.
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Acto seguido, Carlos Fonseca Terán, quién además es escritor, entregó emocionado el reconocimiento del gobierno y del pueblo nicaragüense por tal noble gesto latinoamericanista a los jóvenes. Estaba también junto a nosotros la periodista y escritora Elisa Maturana Coronel, nieta del gran escritor nicaragüense José Coronel Urtecho, la poeta chilena Ángela Montero, Fabián un compañero bolivariano, escuchando revelaciones inéditas de parte del hijo del héroe de la revolución del 79. Sobre las peripecias de sus vidas familiares transitadas en la clandestinidad con Carlos Fonseca Amador, fundador del Frente Sandinista. Uno de los hombres, así como esos jóvenes alfabetizadores, Imprescindibles de esta América Latina.

La realidad del escritor y la imaginación del creador




por Gregorio Angelcos


El escritor se caracteriza por observar su realidad desde un prisma personal, que posibilita que las miradas objetivas de un contexto social, casi homogéneas, y determinadas por parámetros culturales provenientes de las industrias culturales en la modernidad, se subviertan, a través del conjunto de subjetividades que es capaz de representar con elementos simbólicos, interpretativos de los fenómenos reales, pero reconstruidos en su proceso de creación de un texto, donde configura una realidad distinta a la funcional; profundizando en el diseño de sus imágenes, elementos que conforman su entorno, y del cual no tienen conciencia aquellos que masivamente deambulan mecánicamente, en dinámicas aprendidas que se repiten como rutinas ciegas que niegan su condición esencial de ser.
Factores como la pobreza material, o las diferentes miserias humanas que se expresan como degradación de lo valórico, son algunos antecedentes esenciales que estimulan la necesidad de escribir, convirtiendo al narrador en un sujeto activo que reacciona críticamente y se rebela frente al devenir condicionado por las lógicas imperantes desde el poder.
Así construye su propia realidad, una sólida realidad disfuncional conducente a negar lo establecido, abogando por la construcción de ideales que trasciendan las limitaciones en las que subsiste el sujeto cotidiano. El escritor describe, devela y apela a través del lenguaje para romper el círculo que advierte que encarcela su realidad, bregando por abrirlo hacia otras formas de convivencia donde se expresen con mayor plenitud sus intenciones de libertad, tanto en lo individual como en lo colectivo.
Un clásico en esta línea de reflexión es La Metamorfosis de Frank Kafka, dentro de esta novela, el personaje Gregorio Samsa siente que su cuerpo experimenta mutaciones regresivas, que lo disminuyen en su condición humana hasta quedar convertido en insecto.Kafka mira su realidad y la de los de su entorno, comprendiendo la deshumanización y la subordinación del hombre en una realidad que está concebida para limitarlo, son las propias relaciones humanas del período, las normas que regulan su vida, los miedos internos del hombre, los que lo van induciendo por un túnel oscuro donde sus capacidades se ven castradas, y lentamente, va perdiendo sus facultades esenciales que lo identifican, tales como su inteligencia, su potencialidad creadora, su capacidad de manipulación y transformación de la materia, y al ir perdiendo gradualmente estas facultades se encuentra inhabilitado para avanzar progresivamente, situándose en una condición inferior: la de un insecto que produce repelencia por sus dimensiones y su nueva morfología, que asusta a sus pares quienes reaccionan con violencia para destruirlo.
Hay en esta representación, por una parte, una denuncia, y por la otra, una representación simbólica de un sujeto tipo que renuncia a su condición, perdiendo el valor indispensable de luchar para enfrentar la vida, convirtiéndose en un ser vivo de condición categóricamente inferior.La interpretación de la autodestrucción está representada por la metamorfosis, y por tanto, a partir de esta idea, se puede establecer el vínculo entre el escritor, la realidad que describe con su rol como creador haciendo uso de su imaginario.

Porque la imaginación es el ejercicio de abstracción de la realidad actual, supuesto en el cual se da solución a necesidades, deseos o preferencias. Las soluciones pueden ser más o menos realistas, en función de lo razonable que sea lo imaginado. Si es perfectamente trazable, entonces recibe el nombre de inferencia; si no lo es, entonces recibe el nombre de fantasía.Crear es imaginar desde el hecho objetivo modificándolo en su verdad objetiva, tanto conceptual como morfológicamente, para darle una fisonomía literaria que lo establece en un contexto de ficción, a veces morigerando lo descrito, y en otras, radicalizando la situación para provocar un impacto psicológico en el sujeto que recibe el mensaje.

A veces los códigos son cerrados y por tanto el autor “dice sin decir” lo que es necesario hacer comprender al lector, en forma descarnada y brutal, para que exista una identidad comunicacional entre ambos. Es un intento de rehabilitación de la conciencia de un sujeto dormido por los elementos conceptuales y fácticos que dominan su intelecto.

De esta manera, el factor creativo implica una subversión de lo coherente y formal, transformándose, en lo incoherente o irracional a toda mente objetiva, pero que es necesario y esencial en todo proceso de lo imaginado, donde una idea puede alterar el orden de los factores, para concebir nuevos elementos proclives al imaginario de una inteligencia que es disfuncional a todo ejercicio matemático o físico.

En algunas oportunidades la creación puede constituirse en un mito, en un dogma, o en una utopía. Pero estos tres conceptos forman parte del pensamiento especulativo del hombre en la búsqueda constante por trascender, por tanto son legítimos, porque siempre van más allá de las estructuras funcionales y las instalaciones tecnológicas, que reemplazan al hombre en funciones mecánicas, pero que al no estar dotadas de una inteligencia libre y subjetiva, actúan contextualmente en el tiempo, para resolver lo que fue programado electrónicamente en su “cerebro” (siempre carente de neuronas).
Por tanto la función creativa y la transformación de la realidad en ficción sólo es posible, en un proceso de conjunción neuronal, donde un sujeto es capaz de inventar una utopía como Tomás Moro, o pensar el socialismo en abstracción como los socialistas utópicos, haciendo una predicción de un futuro ideal, o crear una novela como la de Kafka donde el hombre se convierte en un insecto.Pero a veces la realidad es más fuerte que la ficción, sin ir más lejos, ayer caminando por la Plaza de Armas de Santiago, vi como tres insectos se convertían en seres humanos, se ajustaban un traje y una corbata en una tienda comercial, y luego ingresaban a La Moneda para dirigir los destinos de Chile y los chilenos. Simplemente sorprendente.
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miércoles, 29 de abril de 2009

Presentación del estilo minimalista japonés



Los propósitos de esta otra presentación del haiku, serían; una manera de corresponder a la labor de poetas que observaron y obsequiaron artísticamente sus vivencias con la naturaleza. Un retribuir a los elementos seculares de la brevedad japonesa que captaron elegantemente imágenes y entregaron “su arte” de manera finísima, al nombrar un sonido o un cambio en el paisaje. Dar gracias sin discurso al talento oriental que recrea la brevedad de la vida, a sus fugaces apuntes que resumen y cuentan las mutaciones de ella. Interesar al lector chileno en el género poético que primero llegó al continente traducido desde Francia, Inglaterra, España, para ser admirado por Julio Cortázar, Mario Benedetti, Nicanor Parra, J. L. Borges, Octavio Paz, Carrera Andrade, etc. Para luego en el tiempo, con su minimalismo, filosofía del vivir, influenciar la poesía de América; Ernesto Cardenal, Efraín Huerta, José Juan Tablada, Jack Kerouak, etc.


Y si existen otros, son; conversar acerca del minimalismo clásico, para que ellos reflejen los pasos que fueron talando el cerco social de “pasatiempo de la Corte Imperial”, entre el siglo IX y el XI. Para que el lector descubra la labor del “haijin” (el que escribe, crea o trabaja el haiku), en su lucha por sacar a paz y a salvo al estilo, de la posibilidad de agotamiento que generaban las tradicionales y rígidas reglas socio culturales japonesas. Para que juntos intententemos aceptar que el “haiku” no es una isla que excluyó en su desarrollo la universal disputa del “Arte por el Arte”. Para que tal vez esta muestra libere un poco más a los clásicos y contemporáneos “haijines”, de los comprometedores actuales cocktails diplomatiques y de viajeros culturales que les asignaron e insisten; el ejercicio laboral de contador silábico o el de defensores del espíritu del viejo Oriente.

Shigeji Tsuboi (1898-1975)
Fragmento de EL FRUTO. Los resultados sociales
de la revolución industrial, la influencia de los poetas
europeos, producen en la poesía de Shigeji Tsuboi

cambios políticos y estéticos.

Una tormenta viene desde lejos
Limpia el calor que resta del verano.
Un azul celestial llena la atmósfera
Y nosotros
Nos preparamos para el nuevo espíritu.

Kabayashi Issa (1763-1828)
La mariposa revolotea
como si desesperara
en este mundo

Esta conversación personal acerca del haiku, de ninguna manera pretende ser el study que confronta al papel de la naturaleza en esos versos japoneses, con el actual concepto de naturaleza de occidente. Menos aún, entrar en la occidentalización de la poesía nipona o escarbar en los aportes de ella. Tampoco pretende clasificar y menos encerrar al haiku en estaciones climáticas. En este trabajo sacamos el envoltorio, “haiku poema estival” y a la vez reconocemos, el tremendo aporte de las obras en el tema que invitan a una lectura de, haiku poemes saisons-season culture.

La imaginaria occidental de la palabra “Estación de calendario”, dificulta la unidad cultural entre el haiku tradicional y el contemporáneo. Además el paso del calendario lunar al calendario solar adoptado sólo en 1872, provoca confusión en la clasificación de la palabra y nos conduce al error en el observado. Podríamos comentar que no todos los haijines asumen esa “obligación” que resulta excluyente. Noción que el haiku mismo rechaza y que tal vez esa regla nació de la tarea “redactar uno o tres haiku" asumida durante siglos por el japonés medianamente culto (no del haijin) y recreada por nosotros occidentales que tanto buscamos la "dificultad".
Existieron para los japoneses medianamente cultos no para los poetas, cientos de saijikis. Verdaderos almanaques que a través de siglos lucen miles de expresiones “canto poéticas”, “palabras perfumes”, “clichés espirituales ”, categorías evocadoras de momentos, para las estaciones climáticas, para los fenómenos del cielo, de actividades humanas, de la flora y la fauna, etc. Un “diccionario crucigramas” que mecaniza cada uno de los significantes de palabras para adaptar al haiku a las características estivales.

Los haikus se nos presentan con su capacidad en sintetizar la fuerza emotiva del hombre frente a la vida, al objeto, a la naturaleza y en poesía. Con su universal embriaguez por la libertad, por sus rescates del silencio y a medida que se desarrolla el estilo tan japonés, por el grito del poeta individualista que recibe el aporte de otras lecturas.
Lo anterior, en su estilo cargado de filosofía hinduista, budista y confucionista. Pero a la vez sin apartarnos que todo artista en sí mismo es una revolución o un conservador de sistemas y que la conciencia en las innovaciones de la creación, es posible mediante el hecho social.


Ejemplos:

A.- En el lugar que libraran la Gran Batalla Naval los clanes Tairas (Heike) y Minamotos, el célebre Masaoka Shiki, recrea un haiku que nos informa de su posición en cuanto al acontecimiento-bélico-histórico, que desintegró al clan de los Tairas.

Ah que frescor.
Los heike diezmados
y el ruido de las olas

B.- Yashima, poeta de cantos NÔ, en el momemtum de la Poesía japonesa tradicional, denominada “Período de Muromachi” (del fin del siglo XIV al final del siglo XVI) relata esa lucha entre clanes que termina en 1185, en su “Recuerdos de Dan-no-ura”.

C.- La Armada Imperial japonesa intervino más allá de sus fronteras el 13 de diciembre de 1937 y la cultura recreadora del poeta oriental integró el cambio y el hecho histórico a su labor. El samurai, elhara-kiri, la desaparición de Aedo, las persecuciones religiosas, los nuevos continentes, les annés lumiéres, las guerras internas y la primera mundial, el clan Hirohito, los kamikaze, la democracia impuesta, la píldora anticonceptiva, la industrialización, las batallas de la mujer, la cibernética, la bomba atómica destruyendo la naturaleza...y el poeta frente a, escribiendo de, huyendo para, observando o en ella.

Kobayashi Issa (1763-1828)
Un mundo
que sufre
bajo un manto de flores

Watanabe Hakusen (1913-1969)
Fue arrestado junto a Saito Sanki, Hirahata Seito
y otros haijines, por la policía de seguridad pública
en 1940. Sólo el “arte-patriótico” era autorizado
y estimulado bajo el estricto control del Estado.

Repentinamente la guerra
De pie
Al fondo del corredor

Bandera del sol naciente.
Yo la ofrezco
al océano

Sumitaku Kenshin
Poeta del siglo XX

Suspendida en la noche
la bolsa de suero
y la blanca luna.

Morse por la noche.
El viento
envía un SOS.

Les recuerdo que estos poemas fueron recibidos de traducciones y fueron adaptadas al castellano chileno, gracias al porfiado aporte de mis amigos Gilles Michuad, Mitsuo Horiguku, Jonh Horton y a mi limitado conocimiento de los idiomas que en esta labor nos permitieron seleccionar no sin defectos. No sin defectos, como imperfecto es el arduo trabajo por la originalidad en poesía.

A.- Yamagushi Sodo (1643-1716)
Esta primavera en mi cabaña
Absolutamente nada
Absolutamente todo

A.- Masaoka Shiki (1867-1902)
Primavera en el hogar.
No hay nada
y sin embargo hay de todo


B.- Mukai Kyorai (1651-1715)
El hombre
Que está labrando la tierra
Parece inmóvil

B.- Masaoka Shiki
Toda la jornada
Siempre en el mismo lugar
Trabajando la tierra


C.- Kobayashi Issa (1763-1827)
Pareciera que el sapo
Va a expeler
una nube

C.- Masaoka Shiki
Crepúsculo matinal.
El hocico de la rana
exhala la luna


D.- Natsume Soseki (1865-1915)
Sobre la montaña florida
Sueltan los caballos
En el cielo otoñal

D.- Masaoka Shiki
Cuando se derrite la nieve.
¡Sueltan los caballos
en el pueblito!


¿Qué es un haiku?



La huella de la historia del haiku, remonta a los estudios de la primera antología poética reunida en el año 760 de la Era cristiana, Poemario de diez mil hojas y a los de la antología de poesía japonesa Korin-waka, recopilada por orden Imperial el año 905 del mismo calendario. En esa publicación y específicamente en su sección titulada Kaikai o “poemas libres”, descubrimos Tankas, la literatura más antigua del Japón, poema de 31 sílabas (5,7,5,7,7). Estos son poemas de menor extensión y más simples que la poesía tradicional de la época.

El haiku, es un cambio o enfrentamiento dentro de los afilados metales de la tradición poética japonesa. De la publicación, Korin-Waka, 905 y específicamente de su sección Kaikai, surgen nuevas formas de expresión poética. Una de ellas es la “Renga”, que es una variación del tanka. También de 31 sílabas, se compone de dos partes, la primera de 17 sílabas (5,7,5) y la segunda de 14 sílabas (7,7). En aquellos tiempos eran exclusivas de nobles y cortesanos. Una vez al alcance cultural de la plebe, siglo XVII, la burguesía introduce cambios, la vulgariza y genera el denominado Kaikai-renga o “renga humorística”. En la renga, un primer poeta crea los tres primeros versos, para que luego otro forme un texto continuo. De esta continuidad de estrofas y del “colage” de letras adjuntadas al Kaikai-renga, poema de longitud variable trabajado por dos o más poetas y compuesto de preguntas y respuestas, poco a poco la estrofa inicial del primer poeta, 5/7/5 sílabas, el Hokku o Kaikai-hokku, se independiza y se presenta el haiku.
Entonces, el haiku deriva indirectamente de la tanka y el término Kaikai (haiku), nace de la contracción de varias palabras, kaikai no kokkuo o “versos del comienzo” del Kaikai-renga y existe un consenso al afirmar que el haiku es un poema breve, que se desprende de uno de más extensión, para nacer en nuevo estilo poético.
Ahora, podemos encontrar el aporte de esta evolución al juego poético latinoamericano del Quebrantahuesos y a la vez, descubrir un parecido con los últimos tres versos de la seguidilla española, en el terceto que normalmente no se usa solo, sino encadenados (Ejemplo: en el soneto) o en la forma estrófica menor que recibe el nombre tercerilla.

Avaro miserable el que encierra
La fecunda semilla en el granero,
Cuando larga escasez llora la tierra.
V. Ruiz de Aguilera

Granada, Granada
de tu poderío
ya no queda nada.
Villaespesa

Y nos recuerda Mario Benedetti en la introducción de su Rincón de Haikus, uno de los bellos poemas del haijin español, Juan José Domenchina: Pájaro muerto/¡Qué agonía de plumas/en el silencio!
Nosotros anotaremos, que la redacción tradicional del haiku japonés es en una línea y que el haijin y pintor Yosa Buson la define como “un círculo sin fin”. Que la presentación occidental en tres versos, es un corte destinado a escarbar en las grietas de la métrica del poema y en su sonora original caligrafía. Que bajo el aporte de la poesía occidental, Takayanagi Shigenobu y otros poetas contemporáneos, dispersan el haiku en dos o cuatro “versos”. Así también trabajan algunos traductores:

Pobre, pobre, sí pobre,
la más pobre de las provincias,
y sin embargo,
siento este frescor.
Margarina Schulyz
Haiku de Kobayashi Issa

Cuando canta la cigarra,
cuando canta,
canta en coro
y el sol muere.

Fernando Rodríguez-Izquierdo

Haiku de Ogiwara Seisensui

Mi cuenco de mendigar
Acepta hojas caídas
Vicente Haya–Hiroko Tsuji
Haiku de Taneda Santoka

Diremos que el Haiku es un sector poético resumido de fórmulas antiguas, poema cargado de elementos de la naturaleza ligados al culto animista shinto, ejercicio espiritual, suspiro escrito, poesía del deleite, versos del “alma del Japón”, voluntad de ordenamiento del mundo, la capacidad del poeta japonés que observa y sintetiza su contacto con la naturaleza, el arte de sugerir un estado interior sin describirlo, inmediatez minimalista, referente de la estación climatérica representada y vivida por el poeta, la gran altura del precepto estético del oriente. Agregaríamos a esas “tradicionales definiciones”, la existencia en la carne y el beso en la piel del poeta. La palabra cargada de budismo Zen y caligrafía de cultos peregrinos. El espejo intelectual y el espacio poético propio del poeta japonés...orientalizando otros estilos.
Apuntemos del ensayo La occidentalización de la Poesía japonesa de Alfonso Barrera V., Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana,1970, que nos sugiere; “Salvado el respeto que merece la tradición (japonesa), que las formas de poesía antigua, no pueden ocultar, en su juego de preceptos, algo de receta casera o de tarea escolar”. Y que el haiku sufrió no pocos cambios, tanto en el sentido estético como en la expresión, con los empujones que la técnica dio al mundillo metafísico, en las crisis sociales del hombre en Asia y en la occidentalización por los viajes interculturales del estilo.

Akiko Yosano (1878-1942) Mujer
Poeta de pasión, de marcado romántico pacifismo
y precursora de la liberación de la mujer.
(Traducción de Alfonso Cabrera, enmendada.)


Tú, que partes hoy
Oh maravilla
- los cerezos en flor -
Sabrás en Francia que el sauce retoñó.

Shiki (1867-1902)
Las noches son breves
¿Cuántos días más
aún por vivir?

Taneda Santoka (1882-1940)
Otoño
La desgracia y nada más
Yo continúo mi viaje

En su forma autónoma el haiku evoluciona en las escuelas de Teikoku (1571-1653), Shofu, Teimon, Daurin, en otros movimientos, en grupos de haijines y en los maestros del “ejercicio espiritual escrito”. Encontramos una selecta lista de poetas que se repiten y llenan los ojos de lectores, poetas, académicos e intelectuales occidentales: Basho (1644-1694), Buson (1715-1783), Issa (1763-1827), Shiki (1866-1902), Kawabata Bosha (1900-1941) y Akiko Yanakiwara (Mujer) con su haiku:

El bote se aleja
Y forma un camino blanco
Mi dolor y su huella

En el año 1882, aparece un libro llamado "Colección de poemas de estilo nuevo" y se considera que este trabajo estatuye el origen de la poesía japonesa contemporánea. Pero ese es otro lejano trabajo.
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sábado, 25 de abril de 2009

Hojas para un aire nuevo. Poesía de Julio Torres-Recinos

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por Reynaldo Lacámara

En las páginas Hojas de aire las palabras encuentran un espacio cálido para circular, rearmarse y finalmente conducir al lector por imágenes, sensaciones y registros que dan clara cuenta de la vida y sus irrenunciables matices.

El autor Julio Torres-Recinos hace gala de una mirada cargada de cierta ironía (a veces cercana al desencanto) con la cual pretende devolver a las situaciones y a los sentimientos que las acompañan el lugar existencial que les corresponde en una suerte de reordenamiento, propio de una poesía de la circunstancia.

Sin lugar a dudas, estamos ante un poemario de lograda cadencia poética en el cual la mesura en la extensión de los textos es algo que vale la pena destacar frente a una persistente (y al parecer invencible) tendencia, por parte de muchos de nuestros poetas latinoamericanos actuales, a la estructuración de textos interminables, con pretensiones fundacionales por supuesto, que no consiguen sostenerse ni en la forma ni en el fondo.

Agradecemos a este poeta salvadoreño el rescate, más que oportuno, del texto preciso en su ritmo, imágenes y extensión que permite a cada uno de nosotros un ejercicio de coautoría a partir de la lectura orgánica de una propuesta poética en la cual nada es fruto del azar ni la improvisación, sino más bien de una mirada inquieta sobre sí mismo y el entorno (sobre todo emocional) que asoma en lo “cotidiano” de puertas abandonadas, del movimiento de la tierra, del mar y la luna, o cuando: los árboles amarillos sienten el inevitable frío que se aproxima.

Finalmente, el sentido transversal que sostiene la propuesta de Hojas de aire no es otro que aquel expresado sencilla y profundamente por Whitman: no tocas un libro, tocas un hombre.


Reynaldo Lacámara, poeta.
Presidente de la SECH
Sociedad de Escritores de Chile.

Santiago de Chile, marzo de 2009

* Hojas de aire. Lord Byron Ediciones, Madrid, España, 2008.


Otra parte del mundo

Otra hoja que cae
para irse con el agua
o con el viento,
como resentida,
otra casa que cierra
porqué no hay quién la limpie,
quién le quite el polvo de los días,
quién riegue las plantas.
Otro trabajo que nadie va hacer,
otra madera que nadie
va a lijar,
otra parte del mundo
que se duerme
que lucha contra las sombras,
que grita contra el tiempo
o que se conforma
y callada cierra sus puertas
y se retira al reino del olvido.


DIONE

Dione duerme tranquila
Su invierno eterno
su esencia fría y áspera.

Dione, serena y bella,
parece no fijarse
que nadie la ve,
que se ha vestido
de luces cristalinas,
pero no hay ojos,
ni un alma habita
ese mundo,
ni un insecto siquiera.
Dione viaja
de la mano
de Saturno,
con Titán
y sus otras hermanas
a lo lejos,
va perdida,
durmiendo
su sueño
de luna altiva
que ignora
su ritmo interno.


Julio Torres-Recinos nació en Chalatenango (El Salvador) en 1962. Es poeta, narrador e investigador literario. Estudió filología española en la Universidad de Costa Rica, y se graduó de la Universidad de York, en Toronto, Ontario, Canadá. Además de una licenciatura por la Universidad de York, tiene una maestría y un doctorado en Literaturas Hispánicas por la Universidad de Toronto. Reside en Canadá desde 1988, habiendo vivido primero en Ontario y después en Saskatchewan, en la ciudad de Saskatoon, en el corazón de las praderas canadienses. Es Profesor Asociado de la Universidad de Saskatchewan, donde enseña lengua y literatura española e hispanoamericana. Su poesía y cuentos han aparecido en antologías como Nueva Poesía Hispanoamericana (publicada previamente en Lima, Perú, pero ahora en Madrid), Boreal (Ottawa), Índigo (Toronto), Anaconda (Ottawa), Ciencia, ergo sum (México), International Poetry Review (Greensboro, Carolina del Norte), Canto a un prisionero (Ottawa), Iguana: Escribir el exilo / Writing Exile (Montreal), Más allá del Boom: Nueva Narrativa Hispanoamericana (Lord Byron, Madrid), así como en varias publicaciones electrónicas tales como Poetas.com, Palabravirtual.com, El gato con botas.com, y el Registro de Autores Creativos de la Asociación Canadiense de Hispanistas. Julio Torres ha dado muchos recitales de su poesía en varias ciudades de Canadá. También ha leído sus poemas en Alemania, Italia, los Estados Unidos, Costa Rica y El Salvador. Tiene publicados los libros de poesía Crisol del tiempo (2000), Nosotros (2000), Una tierra extraña (2004) Fronteras (2005), edición al cuidado del poeta y editor chileno Elías Letelier, y Hojas de Aire, (2008) En 2004 salió publicado Creuset du temps / Nous autres en Francia, por Editions L’Harmattan, edición que contiene la traducción francesa, realizada por la profesora Marie-C. Seguin, y el original en español de los libros Crisol del tiempo y Nosotros. En 1992 ganó el Primer Premio de Poesía en el certamen convocado por la Celebración Cultural del Idioma Español en Toronto, el evento cultural y literario en lengua española de más importancia en Canadá. El año 2003, el Consejo Académico de la Accademia della Cultura Europea di Roma lo nombró Accademico D'Onore.

viernes, 24 de abril de 2009

Un verano con libros



por Alfredo Lavergne

En tiempo de crisis de verdad, deseo invitarlos al portal real de libros de verdad gratuitos http://www.librosdementira.org/ y en especial, a la lectura del "becado-premiado" por el jurado de Creación Literaria del Fondo del Libro (diciembre 2008), "El Verano sin verano" del escritor, abogado de Derechos Humanos y crítico literario Camilo Marks.

El verano sin verano no es mejor ni peor que "La sinfonía fantástica", así como tampoco supera a las narraciones anteriores de Camilo Marks, todas distintas, todas parecidas a su letra, en todas ellas se muestra entero y cuando quiere, sabe ocultar l'état chantant, en cada una emplea un registro distinto, pero muy su tacto literario. Aquí, yo diría que está una especie de música de cámara, al estilo de Schubert, al igual que lo estuvo en "La dictadura del proletariado"; en la última novela hay un registro sinfónico, bueno, el nombre lo dice todo, el mismo que empleó, en escala menor -digamos, una sinfonía de Berlioz o Mahler versus una de Mozart- en Altiva música de la tormenta. Nunca será un bestseller y me alegro por él y por nosotros lectores. Es mejor que no esté acompañado de "secretos", de confesiones y fantasías sexuales de hombres y mujeres, de manuales de aromaterapia, de feng shui, reiki, de los panfletos periodísticos sin ninguna gracia del un tal Contardo, un tal Santiago bizarro, un tal Villegas, de los dramones judiciales de Grisham. Camilo Marks es, y perdonen la pedantería de otros, tal como lo dijo Stendhal, para los happy few, o como el brillante filósofo que hizo la crítica en El Mercurio, para leerlo in between.

Preferiría, tenerlo en forma de libro. "El verano sin verano" no tiene ningún punto ecomparación con los demás de "librosdementira". Y al decir esto, no estoy descalificando o, por el contrario, elevando el nivel de los demás. Simplemente es un relato aparte, que, a mi juicio, tal vez no debió publicarse en esta colección. De algún modo difícil de precisar, es como echarle mermelada de damascos a los porotos. Los trece relatos que le preceden van de lo bueno (El hijo de Laura, Galope y Microcuentos) a lo mediocre, y, en cierto modo, tienen algunas diferencias entre sí, presentan la originalidad o individualidad de sus autores (lo de originalidad es una falacia, porque de eso hay cero en lo que hoy por hoy se escribe en Chile) y, claro, tal como se ha dicho, dan un cierto panorama, en tono menor, de lo que es hoy la narrativa en nuestro país.

¿Y cuál es el resultado de la lectura de esos trece primeros librosdementira? Son similares, casi todos parecen haber sido escritos por la misma persona, hay escasísima singularidad, poca inventiva, un tono general apático, abúlico, estreñido, como si a los autores escribir les resultara un trabajo cuesta arriba, como si fueran escritores del mismo modo en que a alguien le toca ser funcionario de la oficina de partes del Ministerio de Educación, como si tuvieran que publicar un libro porque, mal que mal, eso daría glamour (aunque hoy, en Chile, se publica muchísimo, pero muchísimo más de lo que se lee).
.
El verano sin verano es otra cosa, algo radicalmente distinto. Las historias en apariencia simples son mucho más complejas y se dejan leer con unité artistique. Puede leerse meramente como un buen relato, bien escrito, bien desarrollado y como real de fin de año, todos podemos encontrar aspectos que nos han afectado, de una u otra manera, en el pasado reciente de nuestra historia. El fraude, la mentira, el engaño y también la búsqueda de la verdad detrás de todas las máscaras que la han ocultado, porque hay tantos, tantísimos poderes interesados en que nunca sepamos la verdad de las verdades.

* Camilo Marks el crítico, recomendó para nuestro verano, los "Cuentos Reunidos" de Gonzalo Contreras (Editorial Andrés Bello, $ 11.900). - Es un espléndido libro, sin una sola falta, con meticulosa y esmerada preparación, digna del contenido-.

jueves, 23 de abril de 2009

Poetas de doble nacionalidad: Fernando Lamberg

por Alfredo Lavergne

La labor de www.escritores.cl no limita exclusivamente con el mundo literario clásico. El portal colabora con el qué hacer cultural contemporáneo, con los escritores de la XIV Región de nuestro Chile, publica escritores inéditos y publicados. En este contexto una vez más permite abrir y recuperar una voz poética… hoy nos canta un chileno-venezolano, Fernando Lamberg.


En una entrevista que ofreció el cubano Juan Nicolás Padrón al poeta Alejandro Lavquen, nos comenta; “la obra de Fernando Lamberg -una acertada crítica a la oligarquía-.”


No basta con leer, ir a librerías, buscar en bibliotecas, escarbar en los apoyos que guardan los libreros de usados. Hay que indagar en poesía para calar en el silencio que castiga los versos latinoamericanos. Hay que investigar largo tiempo antes de redescubrir poetas como Fernando Lamberg. Los poetas no debemos permitir que el olvido y la “política clientista” borre a ningún colega. No hemos hallado todo... pero estos poemas, son parte de su obra y su bibliografía.


Como crítico literario, monseñor Fidel Araneda Bravo (1906-1992), nos dejó esta visión de la labor poética del poeta chileno-venezolano; - La poesía de Lamberg es clara, con notas de alegría y tristeza; pero siempre sincera y profunda, porque surge limpia de un corazón sin doblez-.




Contradicción


Si dices sí no dices no.


Quizás dices quizás y entonces
dejas fuera esas dos palabras.
Si alguna vez dices tal vez
no usas el sí ni el no,
esos rotundos signos contrarios.
Sin embargo recuerdo a María Rosario.
Todavía guardo en la memoria
La contradicción que había
Entre sus hermosos ojos y hermosos labios.




Tu fotografía


Es una realidad la perspectiva
y es una ilusión la perspectiva.
En el cuadro del célebre holandés
la calle se dirige hacia la iglesia
y la iglesia -como es natural-
se halla al final de la famosa calle.
Pero si tienes un gramo de picardía entiendes
que el cuadro es plano
y la iglesia esta en la misma superficie que la calle
De tal modo, en tu fotografía
la nariz se adelanta a las pupilas;
pero cualquiera sabe que esa imagen
con su color y su ampliación no tiene el relieve
del rechazo que me diste esta mañana.




Satanás


Quien se oponga a nuestros planes es Satanás.
Lo reconocemos por el tridente,
por los cuernos de la frente
y porque después de entrenarlo
y sentarlo a la derecha
se convirtió en nuestro enemigo de repente.




El antiterrorista


Debemos combatir el terrorismo.
Pero para eso hay que sembrar el miedo.
Nada mejor que decir que existe el demonio
y sus partidarios irán al infierno.
Para combatir la violencia
usaremos la violencia.
Lanzaremos bombas de racimo
que envían sus fragmentos a todas partes
y cuando ni una partícula de vida exista
habremos terminado con los terroristas.




LOS NIÑOS INVISIBLES


Lo importante no era el crimen.
Lo importante era ocultar la imagen del crimen.
Cuando alguien lanzó la orden de bombardear la ciudad inocente,
cuando alguien ordenó matar niños, ancianos, mujeres
y algunos desesperados combatientes.


El ataque llegó de improviso
con las mortales alas de la alevosía.
Se afirmó que solamente se alcanzarían objetivos militares.
Evitarían los daños colaterales.
Por desgracia una bomba de racimo al estallar
causa consecuencias imprevistas.
No importaba que se ejecutara el genocidio.
Las instrucciones pedían mantenerlo escondido.


Para los invasores el crimen no televisado
perdía su condición de crimen.
Las manos teñidas de sangre seguían siendo limpias.
Los dientes de las bestias no destrozaban vidas.
Se ordenó volver invisibles a los niños.
Ni sus cuerpos ni sus rostros debían ser conocidos.
Niños que apenas comenzaban su camino.
Sólo algunos soles compartieron sus juegos.
Sólo algunas lunas alumbraron sus sueños.

¿Quién llorará la muerte de niños invisibles?
¿Quién puede condenar lo que no ha visto?


El patriota de un país lejano presentó ante las cámaras
la imagen de esos rostros y esos cuerpos,
aquellas víctimas en el lugar del crimen.
Entonces los guardianes de la honra del imperio
lanzaron gritos más allá del cielo.
Se manchaba el borde del traje del asesino;
se ensuciaban las botas imperiales.


Todos sabían que la ambición fingía ser libertadora y defensora.
Nadie ignoraba que la codicia arrasaba el territorio.
Por esa codicia lanzaron a los niños a las cavernas sombrías.
Por esa codicia la inocencia fue destruida.
Los canales de comunicación no debían mostrarlos.
Los mensajeros tenían que esconder el mensaje.
El patriota de un país lejano dijo que esos niños habían existido
y dejaron de existir bajo la violencia.
Con el pretexto de atacar el terror
se extinguió la llama de esas vidas.


¿Quién podía creerle a quien mostraba una verdad escondida?


Los asesinos quedaron tranquilos.
Ojos que no ven no pueden condenar.
Lo importante no era el crimen.
Lo importante era ocultar la imagen del crimen.




Camellos y bombardeos


En camellos la nafta se transportó a Bagdad,
no para encender la lámpara de Aladino
sino para prender cualquier otra lámpara.
No sabían los camellos
que siglos después serían reemplazados por motores
sedientos de petróleo
y en lugar de brillar las lámparas
arderían poblaciones destruidas por la codicia
Mientras los motores consumían petróleo
Supuestamente en nombre de la justicia.




Águila


El águila poderosa sufre la desdicha
de servir de imagen de la injusticia.
En la naturaleza


Los animales siguen leyes inmemoriales.
No es el odio el que guía las garras
sobre los corderos; no es la ambición
la que derriba ovejas.
Nunca ha pretendido el águila dominar
ni indicar los caminos.


La codicia humana vuela
a destruir lejanas tierras,
desata interminables males
y luego miente descaradamente
diciendo que el águila tiene
alas imperiales.




Fábula del vaso de leche


En la Exposición Internacional de Arte Animal
el pavo real presentó su descubrimiento.
En su viaje por Europa había encontrado
una vaca holandesa de extraordinario talento.
En el centro del salón principal
rodeada de reflectores se exhibía la obra:
un vaso de leche de varios metros de alto
titulado Pureza.


El pavo real explicaba en el catálogo,
ante los periodistas y los camarógrafos
la riqueza del mensaje,
la sencillez del símbolo,
la transparencia de la línea y el resplandor del color.


El público se detenía asombrado
ante el colosal vaso lácteo
que por supuesto mereció
la Gran Medalla de la exposición.


El ternero contemplo en silencio
el descomunal monumento
y no dijo lo que pensaba pero lo pensó:
- El pavo real dice que esta obra tiene un gran valor artístico.
Para mí solamente tiene un gran valor nutritivo.




LA HOJA BLANCA


Una hoja blanca brilla bajo la luz de la lámpara.
Brilla como la nieve o como la luna.
Espero a una mujer y quiero entregarle un poema.
Un poema que logre borrar la ofensa.
Sin querer dije algunas palabras absurdas.
Y esas palabras la hirieron.
Ojalá olvide y regrese.
Sea como sea, creo que volveremos a encontrarnos.
Contemplo la hoja mientras intento
escribir con tiza blanca sobre una pizarra blanca
o trazar unas letras sobre el ala de un ave
o grabar una línea en una nube.
Pasa el tiempo. Sopla el viento en la ventana.
Sobre la hoja cae una sombra.
Ya sé. Ella está de pie junto a la lámpara.
Comprendo que volvió sin rencor.
En su rostro adivino una sonrisa.
Olvidó o perdonó la ofensa.
Y la sombra de ella sobre la hoja blanca es el mejor poema.




Vida


Hermosa es si duda la primavera
y la risa de amigos y muchachas.
Ante nosotros se extiende el camino
y desconocemos sus hojas verdes.


Playa y sol el verano. Ocio y trabajo.
Los días se deslizan al galope.
Tal vez hijos, la lealtad de una esposa
y los árboles colmados de frutos.


Con el otoño llegan los recuerdos.
Acaso hubo un error y a nuestro lado
pasó la verdad sin decir palabra.


La nieve con su resplandor extingue
la postrera luz y todo termina
como el último verso de un soneto.
Abriendo puertas y ventanas.




Reflejos


Vivimos entre imágenes.
La óptica y la acústica enseñan
que frente al sonido la luz es más veloz.
Sin embargo,
una voz puede llegar antes que un rostro.
Si grito ante mi imagen
el espejo es el eco de mi rostro
y el eco el espejo de mi voz.




Fruta


Muerdo esa fruta que vi crecer,
pasar del verde al amarillo,
recibir los saludos de la luz y del agua.
Siento su sabor ácido.
No me guarda rencor
ni se defiende
como si comprendiese
que su destino es unirse a mí,
que la elegí por que me gustaba.
Pienso que en el jardín
debiera surgir una muchacha
que se dejara morder
con esa dócil acidez.




PASTOR


El vendaval llegó al aprisco
y las ovejas del recuerdo,
no de un rayo espantadas,
mas del presente sí dudosas,
volvieron a otro tiempo.
Quería retenerlas,
pero ni al silbo ni al cayado obedecieron.
Pensé que si la agreste zampoña
no retuvo tu paso,
menos podía cautivarlas.
Ellas hicieron bien;
aunque toda la lana del rebaño
no lograría entibiar tu corazón de mármol.




Chilenos en el mundo
Marzo de 2006


El viento de la dictadura
lanzó a muchos chilenos fuera del país
pero no impidió que ellos llevaran
la patria en el alma y lanzaran su semilla
en los más distantes lugares.


Verdejo en Berlín, Machuca en Amsterdam,
Soto en Hong Kong, González en Vietnam,
Jiménez en Moscú, Montesinos en Irán,
Olavarría en Praga, Carrasco en París,
tantos exiliados en los campos de América.


Y por todas partes fueron apareciendo las empanadas,
las humitas, el pastel de choclo, la cazuela de mariscos
y por encomienda viajaban los locos y el cochayuyo,
el orégano y el luche, los piures, el mote, los huesillos,


En Egipto aparecieron los picarones y en China las sopaipillas,
en Estocolmo el tinto con duraznos
y en Irlanda el blanco con frutillas.
Se prepararon intentos de curanto en olla,
de prietas con puré, de orejas de chancho, de chupe en lebrillo,
y en sitios tan lejanos escucharon que iríamos al tiro,
que como Colo Colo no hay
y se oían los discos de Violeta y de Víctor
y los poetas recordaban Chillán y Antofagasta,


Santiago y Valparaíso.


En otros paralelos se habló de chilotes y araucanos,
de nortinos y sureños,
de la cacha de la espada y la madre del cordero,
de la laguna de las tres Pascualas,
del atorrante Pedro Urdemales, del trauco y las pincoyas.
La cueca taconeó con el aro aro de Ña Pancha Lecaros
y en nombre de O'Higgins y en nombre de Allende
se abrieron plazas, calles y avenidas.


Al llegar a un lugar de fiesta
algunos aseguraban que se parecía a El Rosedal
y una muchacha hermosa había escapado del Bim Bam Bum.
Por supuesto ninguna montaña era más alta que el Aconcagua,
ningún lugar más frío que el salar de Atacama,
ningún manto más sagrado que el de la Virgen de Andacollo,
ningún santo más heroico que San Sebastián de Yumbel,
ni flor más bella que el copihue
ni pingüinos más hermosos que los de nuestra Antártida
y cachai compadre que estamos vivos
y algún día regresaremos porque la dictadura va a caer
y nos sentaremos en el Mercado Central de Santiago
o en cualquier otro mercado
y aunque hayan demolido Las Tejas
volveremos a tomar un buen vaso de chicha
porque no hay mal que dure cien años
y una gran alegría vendrá después de la desdicha.




Un dibujo en la arena
Mayo de 2006


Esa tarde en la playa el sol apenas se veía
tras unas nubes de color ceniza.
Después de soplar en la mañana el viento había cesado.
Me acerqué a un árbol,
quebré una rama y empecé a dibujar
tu delgada silueta.
Con el pie corregía algunas líneas
y quería dejar en ese sitio tu figura.
Nunca he sido un hábil dibujante
pero, muchacha de ojos grises,
allí quedaron tu cintura y tus caderas,
tus hombros estrechos y tus largas piernas
hasta que empezó a subir la marea.
En pocos momentos el agua borró
hasta las últimas huellas del diseño,
deshizo tus tobillos e inundó tu cabellera.
Las olas se llevaron esos trazos
mientras el sol se hundía con las últimas nubes
como se hunde un presentimiento en el océano.
Al mirarnos supimos el futuro.
Volvió a soplar el viento.
Desde esa tarde las líneas comenzaron a borrarse
y nuestro amor fue apenas un dibujo en la arena.




Guernica
Junio de 2006


Si se pudiera rescatar
un solo retrato del siglo veinte
sería "Guernica".
No se divisan los aviones,
no se ve caer las bombas
no se escucha el estruendo de los bombardeos;
pero el dolor crece como una ola
y el hombre que yace con la espada rota
y la madre con el hijo muerto entre los brazos
nos recuerdan que desde hace milenios
han pretendido apagar con fuego
la sed del pueblo.




Historia de una metralleta
Agosto de 2006


Un cubano llamado Fidel
viajó al extremo austral de América,
a un país de larga y estrecha geografía.
En su isla tropical había sido el vencedor de las batallas,
el hombre que llegó al poder por la violencia,
el tumbador de la tiranía.


Ahora era el huésped de un chileno llamado Salvador,
de un hombre que llegó al poder con el sufragio popular,
con el mandato que el pueblo le entregó,
con un mandato que juró defender hasta la muerte.


Y el cubano, el combatiente de los cañaverales,
regaló al chileno una metralleta,
un arma ofrecida al guardián de los códigos,
al protector de la Constitución,
al parlamentario, al director de asambleas y sesiones.


Los mandatarios se estrecharon las manos.
Salvador agradeció el obsequio.
- Una metralleta para usted, presidente.
- Sabré usarla, comandante.


Luego Fidel regresó a su isla.
En el sur la tormenta se avecinaba.
A la tierra chilena llegó el golpe de la infamia
apoyado en las alas imperiales.


Traidores nacionales y extranjeros
hicieron que el palacio de gobierno ardiera en llamas
mientras dentro moría un puñado de valientes.
El que mantuvo hasta el último momento el respeto de la ley,
el que nunca permitió la injusticia de la fuerza


Tuvo que empuñar las armas.


¿Vale la pena defender los códigos
frente a la furia de los asesinos?
¿Es posible mantener la ley
ante las serpientes y las hienas?


Con la metralleta Salvador logró detener un tanque.
Los aviones volvían a pasar lanzando su carga siniestra.
Después de combatir durante horas
el Presidente de la República de Chile,
el compañero Allende,
se alejó en un momento de los otros combatientes.


Conocía la maldad de los enemigos,
El siempre defendió la dignidad de su país y su persona.
No quiso que las águilas sedientas bebieran su sangre,
que los verdugos del Imperio quebraran sus huesos,
que lo hundieran en un sótano antes de envenenarlo.
Vivió por el pueblo y para el pueblo.
Este día moría por el pueblo y para el pueblo.
Moría sabiendo que más allá de las balas,
más allá de la derrota momentánea y las heridas del odio
se abrirían las anchas alamedas.


Apoyó el canon de la metralleta contra su barbilla y disparó.
Desde la isla tropical Fidel había llevado un regalo,
un arma que paso de héroe a héroe,
un arma para defender la paz del pueblo y su grandeza
y que ahora disparaba una ráfaga inmortal
sobre el corazón de América.




POEMA EN BLANCO Y NEGRO


Un error de muchos años sigue siendo un error.
Llamar blanca a la inocencia y negra a la perfidia
sigue una tradición pero no una verdad.
El blanco puede ser señal de una traición
y el negro ser la huella de la lealtad.
Una simbología obsoleta va por falsos caminos.
En el ajedrez la dama negra en la casilla negra
puede darte la victoria
y la dama blanca en la casilla blanca
hundirte en la derrota.
Negro es el color de un científico ante el microscopio
y blanco el color de un asesino con una metralleta.
Negro es el carbón que mueve las máquinas
y blanca la nieve que las detiene.
Negra es la sartén familiar
y blanca la mesa sin sopa y sin pan.
Negro es el color de la letra que enseña
y blanca la página que no tiene letras.
Blanco es el fósforo que quema a los niños
y negra la noche que los protege.
Negro es el vestido de las viudas heroicas
y blancos los colmillos del lobo carnicero.


Durante el siglo XX
y a comienzos del siglo XXI
una casa Blanca en el norte de América
representa el símbolo de la infamia.


Por eso propongo
que con un puño poderoso de amor
derribemos ese castillo de la perfidia
y en su lugar levantemos la Casa Negra de la hermandad
la Casa Negra de la paz, la Casa Negra de la alegría.


Fernando Lamberg (Valparaíso -1928), profesor chileno-venezolano, con trayectoria en poesía, cuento, teatro y ensayo. Radicado en Venezuela desde 1976. Ganador entre otros del Premio Municipal de Poesía de la Municipalidad de Santiago (1966), Premio de Poesía Casa Las Américas (1973) y Premio Municipal de Teatro Fundarte (2000).
Fernando Lamberg fue director de la Sech durante las presidencias: Guillermo Atías 1964-1965, Francisco Coloane 1966-1967 y Luis Merino Reyes 1970-1971.
Poesía. Naturaleza artificial. Chile, Santiago, Ediciones Sucos, 1954. Testimonio (1947-1948). Chile, Santiago, Ediciones Surcos, 1954. El universo engañoso. Chile, Santiago, Editorial Universitaria S.A., 1964. Poemas australes. Santiago, Litoral, 1965. La innumerable humanidad. Ediciones SIDE, 1968. Señoras y señores. Cuba, La habana, 1973. (Premio Casa de las Américas)
Hasta siempre, Valparaíso. Caracas, Venezuela: Ediciones Surcos, 1986. Librerías. Editorial La Espada Rota, Caracas, Venezuela, 2000.Espera y Giros. Abril del 2005.
Biógrafo de Pablo de Rokha: La obra poética de Pablo de Rokha. Memoria de grado. Chile, Santiago, Edic. Zig Zag, 1952. Vida y obra de Pablo de Rokha. Chile, Santiago, Edic. Zig Zag, 1966.
Teatro: El que construyó su infierno, 1952. El periodista, 1957. "La dramaturgia Chilena Actual", Revista Literaria de la SECH, año IV N# 8, septiembre, 1960.

Literatura chilena y cambio social. Un caso de desarrollo frustrado



por Omar Cid
Capital Cultural


La necesidad de un nuevo marco de referencias

Usar conceptos como cambio social, desarrollo y frustración para aplicarlos a la literatura puede ser entendido como un abuso, los más suspicaces dirán que se trata de una variante de la estética socialista, con sus resabios de compromiso social y arte para la revolución.
Los hijos de la belleza, esa que habita en la obra misma; se encargarán de resucitar una vez más a Platón y apuntarme con el dedo, otros, me abofetearán recordándome que la belleza es un sentimiento particular del sujeto, al estilo de Hume y así suma y sigue.
Un número no despreciable respingará la nariz y tendrán la delicadeza de subrayarme que la era de los meta-relatos, las vanguardias, los ensayos sociales y culturales de cualquier tipo son material de archivo. Para ellos, lo importante es el texto “la producción en sí”. Con todas esas objeciones a cuestas, escribir sobre literatura chilena y cambio social, proponiendo un eslabón distinto de análisis capaz de superar o al menos desplazar las categorías de sujeto-objeto, son razones suficientes para que cualquier lector entendido, cambie de página.
He querido evitar el vocablo paradigma, sin embargo en estos largos años de lector -tanto pasivo como activo- de antologías nacionales, he ido percibiendo y a estas alturas atragantándome, con casi los mismos textos, no importando los compiladores. Una de las razones que explican dicho estado de cosas, radica en los sustentos teóricos que justifican tales trabajos, todos tienen un norte, la pretensión de ser capaces de ordenar “lo bello” entendido como placer para la vista y los oídos o en un nivel superior identificándolo con su estado trascendente y espiritual (Platón).
El paraguas metodológico y epistémico de Feyerabend en su ya célebre tratado “Contra el método; esquema de una teoría anarquista del conocimiento” propone frente al fenómeno estético lo siguiente “La actividad de la razón es crecimiento y en ese crecimiento tiene un papel central la imaginación. Cada símbolo es una cosa viva, en un sentido muy estricto y no como mera metáfora. El cuerpo del símbolo cambia lentamente, pero su significado crece de modo inevitable, incorporando nuevos elementos y desechando otros viejos". En Chile, este dinamismo, esta puerta abierta a otras visiones se encuentra cerrada, más allá de las pretensiones elaboradas desde las corrientes semióticas, estructuralistas que refrescaron en su momento el panorama cultural, finalmente, han sido reproductoras del mismo principio de orden, generando un discurso social de la belleza, donde “el arte por el arte” no es otra cosa que el fácil tránsito de la elaboración literaria a los círculos de producción y mercado.
Plantearse entonces un nuevo orden referencial en el lenguaje, implica sumarse entre otros a Felix Guattari, en su cuestionamiento de los paradigmas estéticos, subvirtiendo la unidad de producción de valores capitalistas, se trata del principio de la alteridad y por tanto de la recuperación de la ética, como elemento de análisis y de redescubrimiento de la importancia de la creación, de la auto-fundación y del compromiso ético que conlleva. (Ver Guattari, El paradigma estético, entrevista con Fernando Urribarri, nov. 1991) .
Una segunda mirada que puede aportar a la elaboración de una nueva y rejuvenecida perspectiva estética, la aporta el ideario cínico que asoma en el contexto del descrédito de las utopías, bajo el desencanto del modelo estético neo-liberal y proponiendo un punto de fuga a su capacidad de reproducción y alienación, optando por el camino autárquico, antes que el dormitar embrutecido del imperio del consumo. Autores como el propio Diógenes y muy especialmente Peter Sloterdijk, filósofo alemán de connotada trayectoria son referencias para este camino. Para ambas corrientes de opinión, la historia juega un papel determinante, uno de los grandes vacíos que se expresa en las antologías y en general en los trabajos de esa índole, es la ausencia del factor histórico, en el proceso creativo.

Algo de histórica
Los procesos independentistas, tuvieron en la pluma un fuerte aliado, las cartas de los libertadores, la alianza temprana entre una estética racionalista resumida en los colores patrios, la música, los uniformes, más un organismo de difusión como la “La Aurora de Chile” desembocaron en una corriente crítica por supuesto ligada a la elite criolla.
En 1860, “La lira popular” era un instrumento donde los poetas y los cantores populares - comentaban con su mirada- se trataba de pliegos sueltos, destinados a comentar los hechos de cierta relevancia de la vida nacional, con el objetivo de venderlos en mercados y lugares concurridos.
Allí el humor, el ingenio y la crítica social eran una herramienta discursiva de vital importancia. Hasta 1920, ocupó un lugar en la memoria del pueblo chileno, el historiador Maximiliano Salinas, realizó un trabajo de investigación en torno a la influencia de lo literario popular, en el ámbito de lo sacro, como de construcción de conciencia social, publicado en revista Araucaria (1986) y titulado “El bandolero chileno del siglo XIX. Su imagen en la sabiduría popular”. De ahí se extrae este texto.

Los Húsares de la muerte
fueron creados por él
y en Maipo peleó sin hiel
pero con gloriosa suerte;
después aquel brazo fuerte
por carrerista sincero
fue de un modo traicionero
muerto por un argentino.
y así murió el jefe fino
que humilló al godo altanero.

Puede que esté lejos de ser un verso bien logrado, puede que no cumpla con todas las formalidades que el decálogo de los poetas exige, lo más probable es que no se encuentre a la altura de compartir, hojas con nombres como los de Huidobro, Parra o Zurita, pero las diez líneas anónimas citadas, son la fotografía de un momento histórico, son el grito de los condenados a muerte de la historia y en ese sentido trascienden tanto o más que cualquiera de los poetas públicamente reconocidos.
A principios del siglo XX, autores como Víctor Domingo Silva, Cosme Damian Lagos, conformaron un sustento valioso al movimiento obrero naciente, acompañando a Recabarren en el nacimiento de la prensa obrera.
La llamada literatura social de Baldomero Lillo, Nicomedes Guzmán, son un aporte desde el momento que el sujeto a retratar era el obrero, en sus alegrías y pesares, ingresando a la vedada mina, como al dormitorio de su casa.
Sin embargo, la valoración estética de estos autores siempre estuvo en tela de juicio, como “El Canto General” de Neruda y la producción literaria de la generación de los ochenta, marcada por la existencia de la dictadura.
Frustración y estancamiento, son palabras acordes cuando se intenta retratar la situación de la literatura y su vinculación con el cambio social, frustración porque; la elaboración discursiva que da cuenta o propone desde su estrategia, alguna sensibilidad que escape a la de los placeres, los sufrimientos inconmensurables por la falta de una cerveza o la página en blanco, son rápidamente tachados de panfletos, de propaganda, o sea, pseudo-arte.
Bajo esa misma premisa, los autores de la diáspora, por el solo hecho de pertenecer a ese registro, se encuentran sancionados, primero por quiénes en un arrebato de pureza, los pasan y repasan por el filtro de la evaluación a-social de sus textos, luego por quiénes cuidan el negocio y sus pequeñas trincheras de supervivencia, para todos ellos, abrir nuevas posibilidades de análisis, podría significar validar ámbitos de competencia innecesaria.
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El estancamiento intelectual entonces, tiene sus raíces en la búsqueda de una seguridad y el mantenimiento de un orden -que se puede de vez en cuando atacar- para que todo continúe del mismo modo, la analogía que retrata de mejor forma este momento, es el largo proceso político de post-dictadura, donde los poderes fácticos han logrado salir airosos, en desmedro de las demandas democratizadoras de la gran mayoría del país, del mismo modo, en las esferas de los comentarios literarios y de la crítica periodística del rubro, los avances son casi nulos, las voces se han multiplicado, pero los sustentos teóricos que permiten sus elaboraciones, no dan cuenta ni de las discusiones filosóficas actuales, ni mucho menos de las nuevas miradas al fenómeno estético, donde en algunos casos, la vuelta al sujeto y a su entorno, son elementos de importancia a la hora de configurar y validar un producto, un esfuerzo creativo.