por Alfredo Lavergne
La letra de Lito López, si bien es una “poesía abierta” y en nada hermética, nos exige más de una lectura. Hay un alejamiento intelectual artístico con la poesía de sus contemporáneos y coincidencia pareciera voluntaria con la cosmovisión barroca.
Huella bajo el rastro de la sospecha, Cortina de Humo, Santiago, 2009, es en la belleza, sensaciones, apariencias, consideraciones individualistas del hombre de la transición, el afán vitalista, símbolos que representan inestabilidad, desilusión, pesimismo, un amor que toca la realidad y regresa al perfume omnisciente de la experiencia personal del romántico anti-flaneur. Son versos que no aceptan lecturas a medio día en un “Cafe croissant” o “Coffe Shop”, porque cada estrofa es una huella de mesas compartidas después del trabajo… y en su faería recreadora, encuentra aspectos nuevos al contenido, expresión y la noche partida en perros que habitan la misma calle.
López es un poeta no aislado en su mundo de letras, no conjura con él o los poetas de turno que optan por la nostalgia del intelectual, con los de vitalidad irreflexiva, opta por la cercanía a la naturaleza, por mesas con músicos, pintores y artistas de la bohemia social. Por versos, sobre el tránsito de la rabia. Para juzgar por la ausencia y su realidad en movimiento.
En la suma de estos versos esposados que constituyen este libro, se presentan complicaciones amorosas expuestas a un “zoom no globalizado” y en su voluptuosidad, el poeta nos entrega su artificio en un solo poema largo, como guiño a la estética clásica. Esta obra con raíces, está expuesta a todos los temas, como Góngora y enamorado de lo real. Pero, sin aludir al mito del ave Fénix, sin apoyarse en Lucrecio, sin la selecta Cloris y sin culteranismo. Lito sublima una enamorada esculpida para un close up de la felicidad, que huye del verso, la palabra y en la escena siguiente, la película y su productor.
El poeta en éste, su segundo libro, dispone y propone al lector la mención directa de las ideas y un distanciamiento artístico de las vitrinas.
Selectos del poeta
Portapaz del libro Pertenencias Del Aire
La humedad de aquella mujer
fragmentada
no mata su latido
restituye el sonido de la luz
mediante el guiño
para recobrar el labio ciego
en el río de la ciudad
que no se detiene
en el aire
y su diario de navegación
Bajo la mesa
Eras la mona Lisa
con mi mano bajo tu falda
buscando
la distancia y el mundo de los iguales
bajo la mesa
los dedos
el aire
tu piel
mientras
todos bebían
y reían
bajo la mesa
eras la mona lisa
cuando dejamos de estar solos
.
YO LEIDO LOS DOS LIBROS DE LITO LOPEZ Y ME PARECE EXCELENTE QUE SE LE EMPIEZE A RECONOCER SU TRABAJO.....FELICITACIONES
ResponderEliminarNO PUEDO DECIR QUE NO HE DIFARIADO,con "Pertenencias del aire" ME PARECE UNA TALENTOSA CREACIÓN, EN ESTRECHOS SIMBOLOS Y SENTIDOS, ENREDADOS EN UNA REALIDAD PARA COGER, INSPIRARSE Y CREAR, ASI LO DISPONE ESTE GRAN POETA Y ASI MISMO RECIBO SU LECTURA, EN MEDIO DE AMORES Y QUEHACERES.
ResponderEliminarTodo ha sido tan vertiginoso, las luces de la ciudad, esa calle escapando como el agua. El viento nos ha atravezado. Y ahora nada, un puñado que sigue, una herida de distancia que nos mira.
ResponderEliminarUn abrazo, querido Lito
Valeria
papa :D
ResponderEliminar