miércoles, 29 de febrero de 2012

Roxana Heise Venthur. Cuentista y novelista.

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Comentario de
El lunar y otros cuentos





RELINCHOS MALSANOS  

A campo traviesa galopo tu recuerdo de potro indomable; la eternidad en mis ancas y el futuro fósil de tu amor en las entrañas.
Veneno, jamás dejé de reír en tu epopeya de olvido involuntario, pues soy la yegua que parió el tormento de tu alma, cuando andabas por ahí peinando la muñeca, de tanto buscar y buscar un sentido inexistente.
Percherón, el escupo de tus faltas fue destiñendo el pelaje que sostenía tu agobio, cuando noche tras noche te apareabas por error en la juerga de la vida, dejándome apestada de relinchos malsanos y carreras perdidas para siempre.
No te culpo, cómo hacerlo, el Derby del amor no estaba en tu destino. Me acorralaste hasta el día en que vencí tu resistencia, para abrir de par en par el corralón de mis desdichas y escapar...en honor al linaje que me habita.
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TEMOR 
Sientes temor, no puedes evitarlo. Estás mal dormido y temes al temor que desata el nuevo día. Tu rostro por ejemplo, aquel que rehúsas contemplar en los espejos, tiene algo irregular justo sobre los párpados. Cierras los ojos, lo sientes, mientras tragas la saliva de todos los infiernos y tus pupilas ácidas aguijonean con fuerza tus cuencas oculares. Luego aquellos detalles de los cuales dependes: el gastado peluquín que te cubre la calvicie, el anticuado bastón que aguarda por tu cojera y esa extraña posición que adoptas al caminar. Estás cambiando, lo sabes, estás cambiando de golpe; y una risa llantosa comienza a invadir tu rostro. Es el destino; los sueños, huyendo despavoridos desde el claustro del pasado.
Inhalas profundamente intentando purificarte; tus costillas se hunden con más fuerza cada vez, mientras un bulto perverso trasciende tu diafragma hasta anudarte la epiglotis y transfigurar tu rostro. Nada de explicaciones, Dios no gusta de mimos, así rasgaras el cielo clamando misericordia. Este es sólo el inicio de todos los finales; la muerte de tu belleza, la transgresión de tu aura, el teorema oculto de tantas frustraciones.
Cuando venga tu madre o llegue la criada y contemplen tus ojos inyectados en sangre, tu rostro que no es tal y tu cuerpo malformado. ¿Qué harás? ¿Podrás explicarlo? No eres vampiro, ni hombre lobo, ni siquiera el Chupacabras. Eres el extraño invento de un ser mucho más extraño; de esos que buscan luz en medio de las tinieblas.
Sientes temor, no lo niegas. No es maldición, ni delirio. Se trata de alguien que juega a exorcizar demonios y te tiene así, en ascuas, aguardando la piedad de algún lector compasivo que se digne rescatarte...
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AMOR VIAJERO  
Por última vez, tú y tu maleta pidiéndome explicaciones. Otro viajero llegó, esta vez para quedarse.
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ESCARABAJO  
Yo era un niño lleno de ilusiones, que subía a las buhardillas para jugar a la ronda con los escarabajos. Hoy soy un escarabajo de cuello y corbata, que perdió a su niño en la buhardilla del olvido.
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TITULARES  
Sombría situación de pueblo irreal. Sus fantasmas se han congregado en las calles, para protestar por los sarcasmos de la prensa, la cual promueve su existencia a través de titulares.
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Destino  
Vienes como siempre, a las diez y quince, con aquella tenida de payaso dominguero y un saxo bajo el brazo por si cae algo. Reímos por las calles como dos perros vagos y la luz de los faroles comienza a iluminarnos. Dices que sí, que esta noche será la vencida, que hay amigos influyentes por ahí, apostando por ti y yo me río: te digo que es por un chiste que recordé, y me guiñas el ojo alegremente, como diciendo: vale, esta será la vencida. Pero aunque niegas reconocerlo, sabes que tu destino es tocar en los burdeles, oliendo a sexo barato y cigarrillo trasnochado; viéndome sólo a mi, cuando el frío de todos los inviernos te desgarre la garganta de tanto darle y darle, de esperanza en esperanza. Me preguntas qué me pasa, no entiendes que estoy divagando. Dices que aún vale la vida, porque estoy a tu lado, y me das justo en el pecho de loca desvergonzada. Aseguras que algún día el mundo verá tu talento, y te aplaudo en la avenida haciéndote una reverencia. La calle nos pertenece, mi bufón de pacotilla: mira como todos vienen a escucharte, y te dejan monedas que recojo en mi sombrero, y te aplauden cuando gritas: ¡esta será mi noche!, yo quisiera llorar, pero prefiero lanzarme alrededor de tu cuello y besarte con locura, como en un fin de mundo. La gente nos aclama, en un enorme alboroto. Los vecinos se aproximan, si hasta la policía aparece de improviso.
Cuando lleguemos al bar y aparezcan los amigos...los amigos aquellos...
Agacho la cabeza mientras entramos al carro policial. Le pido al matón aquel que nos deje en libertad y te devuelva el saxo, pero dice que no, por ofensas a la moral...Ofensas a la moral...ofensas a la moral...quién mejor que nosotros puede saber de eso, respondo en voz bajita, sólo por no atormentarte, pues sigues reza que reza: cuando lleguemos al bar y aparezcan los amigos...los amigos aquellos...entonces será mi noche. ¡Basta Rubén!- te suplico- ¡Basta de darle a los sueños! Sólo me respondes: Juan... y quedas como volando...
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EL NENE
El Nene no cesa de reír en la esquina de siempre, mientras golpea las horas al ritmo de las monedas que infatigables, claman misericordia desde el fondo de un tarro. Y pese a que la gente lo mira con resquemor, siempre logra su objetivo; cuando se inclina en todo su porte hacia adelante flectando aún más sus rodillas semianquilosadas, destacando su apariencia retorcida, la mirada al garete, la sonrisa babosa desviada hacia el hombro derecho que parece succionarle parte del mentón, dejando al descubierto el impétigo gigante de su oreja izquierda. Pero a él nada parece importarle, salvo aquella esquina que lo acoge en su vientre de asfalto, como a un hijo convulso jugándose la vida, esperando que llegue la tarde junto con El Pulento y su clásica pregunta: ¿Cómo estamos Nene?, aun sabiendo que la respuesta es siempre la misma , pues El Nene se las gana a todos; ni Gotzila ni El Pirata, ni siquiera El Cortaíto recaudan tanto dinero y nadie hace la entrega como él; con la alegría torrencial de sus carcajadas que parecen amplificarse a lo largo de la calle, para sólo extinguirse, ante el “Buen chico” que pronuncia El Pulento, mientras le acaricia el cabello seboso para luego preguntarle: ¿Qué más tenemos amigo? Amigo responde El Nene, mientras le entrega las monedas rezagadas en los bolsillos. Amigo, amigo, repite finalmente con las manos vacías.


Roxana Heise Venthur. (20-abril-1964). Cuentista y novelista. Finalista concurso cuentos breves Alfred Hitchcock (U.S.A 2001). Finalista concurso Civilia, Todos somos diferentes (España 2004). Participación en antologías: “Los Magos del Cuento” (Ediciones El Salvaje Refinado U.S.A 2002) Libertad bajo Palabras (España 2004), GRAGEAS 2, (Buenos Aires. Octubre 2010) Más de cien cuentos hispanoamericanos. Selección de Microcuentos 80 en los 80 Sociedad de Escritores de Chile. (Santiago de Chile 2011). Traducida al portugués para “revista periférica” con relato Destino (Portugal, Octubre 2004). Los textos presentes en “El Lunar y otros Cuentos” han sido leídos en universidades como: Universidad del Bío- Bío, Universidad de Viña del Mar, Universidad de Valladolid, Universidad de Málaga entre otras. Seleccionada en concurso Fondo Nacional de Fomento del Libro y La Lectura (Chile- Junio 2006) con novela Frenético Sosiego, publicada en formato tradicional y traducida al polaco por los investigadores Miesko A. Kardyni y Pawel Rogozinski, para incluir a su autora en la “Historia de la literatura hispanoamericana”, que tiene por objeto promover y actualizar el conocimiento de la literatura hispana por parte del pueblo polaco.
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martes, 28 de febrero de 2012

EL ABUELO LEO (QUE EN PAZ DESCANSE). Jorge Etcheverry Arcaya. Fragmento de Escrito en página blanca. Libro electrónico




Desde las fotos amarillas  del cajón de la cómoda nos está mirando tieso el abuelo, retaco, enfundado en el uniforme, al lado de Ibáñez y otros viejos conocidos. Mi abuela cuenta de cuando después de una reunión en la casa del abuelo y sus amigos ella se había ido al dormitorio llorando. Habían gritado "Socorro, mi coronel" y él había salido afuera sin pensar en nada y lo habían tomado y lo llevaron debatiéndose a un au­to negro, las cosas que pasan ahora, que parecen nuevas, no son tanto. La abuela echada sobre el sofá muchos años después contaba que uno le había dicho desde debajo del lecho nupcial "No se asuste señora que soy yo", tiritando de miedo el hombre mientras afuera los vehículos se ponen en marcha. Y se ven raros con esos uniformes anchos, mirándonos desde una mesa llena de papeles, en la fotografía. Todos eran masones y el abuelo tenía entre sus libros el Napoleón de Ludwig y una Vida de Lenin y los libros de la Annie Bessant. Desde que tenía doce años yo le sacaba los libros y me los iba llevando a la casa, para leerlos y ahora el abuelo estaba medio inválido, con medio cuerpo muerto y la abuela iba botando poco a poco los libros porque decía que por leer tanta cosa rara le había pasado lo que paso. Los milicos de ahora no son como don Marmaduque o como el abuelo. Son más bien como El Caballo. Al abuelo lo habían echado del ejército pero le habían dado por fin la perseguidora porque le tenían un poco de miedo, parece y algunos ex compañeros de andanzas ocupaban puestos en la Academia de Guerra, casaban a las hijas con profesionales y dueños de fundo. El abuelo (me contaban) se jugaba las propiedades en el Casino de Viña y llega­ba verde y furioso a la casa del hijo mayor que vivía en el puerto, en el Cerro Alegre y se ponía a hablar de teosofía y pobre del que le contradijera. Pegaba con el puño en la mesa y nadie se atrevía a ha­blar y una vez en la casa de mi tío a una señora que le dolía la cabeza él le puso la mano en la frente y le empezó a salir sangre de narices y a la señora se le quito el dolor. Al menos eso es lo que cuentan el tío y las hijas, que ya estaban grandes. 
Y me imagino al tío de niño corriendo por el patio, alborozado, gritándole a la abuela "Mama, mamá, están disparando". Los zumbidos como de abe­jas, pero más fuerte. Los niños corrían, sin saber si los tiros eran otra cosa que abejas, o pájaros, o fuegos artificiales, y la abuela les decía, moviendo los brazos "Para adentro, niños, por Dios". El re­gimiento se había sublevado en la madrugada. "Que se negaban a ejecu­tar las ordenes", y no sabían que era eso de "las órdenes", como en los libros de matemáticas del colegio cuando dice "rata por cantidad". Pero se entraron y el abuelo salió como un rayo abrochándose el unifor­me, hablando algo de los tiros y los niños y los ojos azules echando chispas, mordiéndose la lengua de rabia y el perro pegaba tirones a la cadena y ladraba, y no se veía a Renato, el ordenanza que era baji­to y pelado y siempre sonriente, que le limpiaba las botas al abuelo. En los diarios viejos de la cómoda se lee el siguiente titular "Sofo­cada la insurrección del Valdivia". Ellos vivían en la Población Mili­tar. El padre de la abuela era joven cuando estallo la Guerra del Pa­cífico y era médico y peruano y no vio la línea de combate. No hacía distinción entre el bando de los heridos. Al terminar la guerra se vino al Norte y se casó con chilena. Tuvo varios hijos hombres y una niña que no mandó nunca a la escuela y educó por medio de preceptores. Cuando ha­cía visitas a los pobres del pueblo les dejaba en la mesa el dinero para las recetas. Murió en Santiago. Su mujer le siguió poco tiempo después. 
Estas cosas circulaban y cambiaban en la familia. Yo no las enten­dí muy bien hasta bien entrados los dieciséis años, y los amigos del abuelo se juntaban a hablar de teosofía y hablar de discos voladores y ya había varios que estaban enfermos y él los miraba a to­dos desde los ojos húmedos de su hemiplejía y cada vez hablaba menos hasta que no fueron más, o muy rara vez y por entonces murió Grove y cuando le contaron ya mi abuelo no sabía de qué se estaba hablando y los miraba a todos y sonreía. Había venido también del Norte. Entre Copiapó y Caldera se suelen ver mirajes que reproducen entera una ciu­dad, que está muy lejos, con gente y todo. Me conté la abuela. Al abuelo no le gustaba hablar de su familia. Decían que el padre era usu­rero. Mi abuela era la hija del medico del pueblo y antes de conocer al abuelo salía con un ofi­cial de la marina inglesa, mercante, me imagino, que medía cerca de dos metros. Un turco que vivía en la casa que fue de la familia del abuelo se volvió misteriosamente rico. Distinguido siempre, mi coronel, a los veinticinco. Profesor de la academia de guerra. En las fotos se ve siempre de uniforme, o inclinado sobre mapas de campaña, con un puntero en la mano. Al fondo un tren. Nunca hablaba de la madre. La hermana, que no frecuentaba, vendía azúcar por paquetitos y hacía sahu­merios en una casa de una cuadra de una población el barrio de Lo Prado. Murió de pulmonía. Le encontraron una fortuna en acciones y un cofre con chauchas y monedas antiguas de plata El retrato del abuelo pegado en la parte de adentro de la tapa del baúl.
Fue cuando torturaban a Dávila cuando el abuelo se peleó con el Caballo. Lo sacaban de la celda y lo colgaban de los pies con la cara en el barro. Al poco tiempo murió de tisis. Eso para que no se diga que estas cosas son nuevas. A los maricones también los andaban tomando los tiras. Los turcos se enriquecían y los militares se la pasa­ban en fiestas. El abuelo enfermo y todo siempre decía por un lado de la boca que no hay peor gente que los tiras. Los amarraban, les metían los pies en bateas con cemento. Cuando se endurecía los tiraban al río. El abuelo no podía dormir en la noche, cuando lo de Dávila y los otros, y tan­tos, y los amigos llegaban a cualquier hora del día y se quedaban en el comedor, y la biblioteca o en el living hablando hasta tarde. Los niños se quedaban escuchando con la oreja parada detrás de la puerta y a veces los oían gritar. El abuelo ––decía mi mamá–– no podía dormir en la noche y la abuela le decía "Qué me cuentas a mí esas cosas, que culpa tengo yo". Entre los que iban estaba don Marmaduque. Es el viejecito de la foto grande, muchos años después, el de la barba y el pe­lo blanco, crespo y como florido. Pero a las finales hasta don Mar­maduque dejó de venir. 
Pero por ese entonces yo tenía mi primera bicicleta y me enamoraba de la primera niña rubia y nos cambiábamos de barrio. Traté de cortarme el pelo solo y miraba las fotografías del abuelo, de perfil, retaco, con las orejas de lóbulo grande y la mirada clara, fría. Mi abuelo se conser­vaba bien, justo hasta antes del ataque, estaba sano. Caminaba todos los días hasta la Plaza de Ñuñoa y leía libros de teosofía. Recibía muchos amigos, uno de ellos un viejecito, oficial retirado, con el bastón lleno de insignias, y a la señora Filipina. Pero el fulano que se escondió esa noche debajo de la cama de la abuela me dicen que no se apareció nunca. Nunca saludó a mi abuela por la calle y sí la veía se ponía rojo y cruzaba a la otra vereda. Antes no faltaba el día, di­ce mi madre, en que llegaran con flores para las hijitas del coronel, invitaciones a fiestas para las hijitas del coronel. Después que arrestaron al abuelo (que entonces todavía no era abuelo), cruzaban a la otra vereda para no saludar. Pero los masones se portaron bien. Nunca fal­taron la plata ni los víveres. El coronel fue deportado a la Isla Juan Fernández, relegado, como se diría ahora. Pero siempre tuvo mal carácter. Cuando se enojaba salía a azotar al perro y una vez le cruzó la cara con una varilla de sauce al hi­jo mayor porque llevó unos amigos del colegio a la casa familiar donde vivían sus hermanas, por llevar tipos jóvenes a una casa donde había niñas mujeres. Mi mamá dice que cuando eran chicos los soldados se cuadraban cuando ellos pasaban a la escuela y les gustaba llevar a los compañeros a tomar té a la casa  para que vieran eso y ellas les decían "Es que el papá va a ser presidente". Pero pusieron al Caballo Ibáñez y el abuelo lo gritaba y le hacía los discursos y luego de las discusiones llegaba un auto y un oficial con regalos para las niñas del Coronel y el Coronel no salía de la casa hasta que rodeado de automóviles iba El Caballo a convencerlo de que saliera. El abuelo decía siempre "este infeliz", pero el infeliz lo tomó preso, lo mando relegar a Juan Fernández y después lo dieron de baja en el ejército. Yo leía los libros que le sacaba al viejo pero no entendía mucho. Yo estudiaba en el colegio. No era muy porro. Pero ni mucho ni poco. Lo suficiente, como todo el mundo. Empe­zaban a morirse los parientes viejos. 
Cuando llegamos a la pieza que ocupaba la tía abuela ––el resto de la casa estaba tapizado de una capa de huaipe, papeles, cubiertos y platos sucios. Según una de mis tías los arrendatarios ya lo habían revisado todo. Yo abrí un baúl viejo de madera y encontré paquetes de acciones  y cartas de las compañías anunciando dividendos y las reuniones de accionistas. Una enorme can­tidad de estampillas; una gran cantidad de chauchas de cobre  y algunas de plata, cincos y dieces. Monedas antiguas y extranjeras incluso un dólar americano macizo. Un paquete casi nuevo de naipes chilenos y un libro de astrología lleno de marcas de lápiz rojo y las puntas de las páginas dobladas. Tarjetas de pascua recibidas desde el año 27, al­gunas fotos amarillentas de mi bisabuela, de moño y vestido largo. Un revólver viejo, descargado, que imagino sería 22 y que mi tía me arrebató mientras yo lo examinaba (después supe que se lo dio a los arrendatarios). Un libro de cuentas del boliche. Varios cuchillos he­rrumbrosos de cacha blanca, de hueso creo, y atados de hierbas se­cas. Algunas medallitas de aluminio y bronce y otras cosas del mis­mo estilo que sería fastidioso enumerar. Por dentro, en la tapa del cofre, una imagen de unos veinte por quince de la Virgen del Carmen, a todo color y marco dorado. Fija en el fondo por una cinta de scotch que recorría los bordes, negra, grasosa, ausente en algunos sitios, una foto grande del abuelo joven, teniente, la cara pétrea y los ojos claros grandes e inexpresivos. Es cierto que por esa época yo era muy fantasio­so. Leía mucho, andaba con libros en los bolsillos y cuando eran gran­des los recortaba a punta de gilé para que cupieran y por varios años ni supe qué pasaba porque a veces incluso leía parado en las micros. 
Ahora el viejo estaba inválido y ya no me obligaba a caminar cuarenta cuadras  al día como cuando yo tenía 8 y ya no salía a matar animales ––conejos o lo que fuera–– cerca de Vicuña, donde tenía conocidos con fundo. A veces a la vuelta llegaba con bolsas llenas de paltas y pa­payas. Ahora llegaban los amigos a ver al Coronel y hablaban de platillos voladores y de la filosofía rosacruz mientras el abuelo los miraba sin hablar con sus ojos húmedos y después ya no iban más. Al­gunos se morían y las amistades de la familia eran ahora ex empleados de banco y vendedores de casas comerciales. El viejo estaba inválido desde hace veinte años, volviendo a ser chico, olvidándose de todo, hasta del jardín que hay al otro lado de la ventana, hablando a veces con personas de antes. Pedía a veces la lupa y leía la misma re­vista, miraba las fotos amarillentas, de él mismo en uniforme, del Caba­llo, de bigotes y cara cuadrada, luciendo la banda presidencial. O leía las palabras que había escrito en los muebles, en el reverso de las fotos, hace como diez años atrás, como para no olvidarse de escri­bir, o como si estuviera empezando a escribir de nuevo. Y los otros, como hace tantos años, dicen, seguían parados en las esquinas, con sus bototos o sus tenidas flamantes, pero sin engañar a nadie, al aguaite, a la pesca de alguna palabra, de algún gesto, para mandar a otros relegados a otras islas, o hacerlos desaparecer, mientras las palomas se desprenden de las cornisas de la Plaza de Armas a caminar con torpeza por la calle.


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Talleres de Pía Barros, marzo 2012











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Lunes: 19.30. Taller de novela. 12 personas (solo 1 cupo)
Martes 11 am. a 13 horas. Iniciación al cuento.
(12 personas. 4 cupos)
Martes 19.30. Iniciación al Cuento. 10 cupos
Miércoles: SOLO PARA ALUMN@S ANTIGU@S.
Taller Avanzado.19.30 horas

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Los Talleres son para un máximo
de 12 personas por grupo.
La Fecha de inicio es el 5 de marzo.
Inscripciones a tallerespia@gmail.com


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lunes, 27 de febrero de 2012

Taller de literatura: La trastienda, editorial y taller literario

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La Trastienda anuncia comienzo de talleres: 

Poesía, martes 20 de marzo, 19:30 a 21:30

Poesía, miércoles 21 de marzo, 11:30 a 13:30

Cuentos, autobiografía creativa:
jueves 22 de marzo, 19:30: a 21:30

Informaciones:
basualto.alejandra@gmail.com - tel. 7160831 - 09-3311640.

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domingo, 26 de febrero de 2012

Tamandua, revista virtual invita a los escritores latinoamericanos

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en su segunda edición quiere invitar a todas las personas que lo deseen a participar con  producciones originales e inéditas en las siguientes categorías siendo la temática libre:




·        Reseñas (libros, cine, música, etc.) entre 2.000 y 6.000 palabras. 
·         Cuentos,  entre 2.500 y  3.000 palabras 
·        Poesía: Trabajos máximo de  1.500 palabras. 
·        Fotografía: Máximo 6 fotografías  (formato JPG resolución mínima de 300 dpi). 
·        Reportajes, diarios, crónicas:   Máximo 2.500 palabras 
·        Ensayo: entre 2.000 y 6.000 palabras. 
·        Ilustraciones: Máximo 6 ilustraciones (formato JPG resolución mínima de 300 dpi).

Letra Arial  tamaño 12. Espacio: 1.5. Márgenes estándar. 

Todo texto enviado debe anexar una pequeña biografía del autor (nombre, nacionalidad, estudios, dirección de correo, o los que considere pertinente el autor)

Fecha límite de entrega: 15 mayo  2012  11: 59p.m. Las personas que deseen participar pueden ponerse  en contacto a través de los siguientes correos electrónicos:   librajes@gmail.com  o  librajeslibros@yahoo.com 

Las personas seleccionadas serán publicadas en el blog de Librajes el día 20 de mayo
La revista no devolverá originales ni mantendrá correspondencia sobre los mismos
Los textos que no sean seleccionados serán borrados el mismo día de la publicación de los seleccionados.

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Homenaje a JORGE TEILLIER (Chile, 1935 – 1996)

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Óleo: R. Calderón Martínez
Poema: Alfredo Lavergne








Frente a su escuela

Demoró su tiempo en abrir la puerta y desapareció veloz
Sabía de la amalgama de un mundo maravilloso
Tenía un abrigo sureño de sombra café clara, cuello romántico
y se limpiaba los zapatos en el tapiz lárico del país de acogida.

Viajó con el imaginario de su aldea
Cargó en su memoria genética esa flora, esa fauna y los suyos.
Lavó sus dedos en valores elementales,
en sueños, mitos, quimeras, leyendas, dominios perdidos
y revivía en la musa tóxica del vino.

De tronco estoico, guantes ordenados y felices
Negó a los que tenía que negar en toda su obra
Sin pérdida de tiempo se encargó de ángeles, gorriones
y exprimió hasta el último segundo;
el mundo de sesenta años que entregó a la noche de los trenes.

Contemplativo de la provincia e indagador de bares
Confesó al granuja, tiró el sombrero a la cuneta
y en cursos de historia puso mala nota al olvido.

Rara avis, en el mundo que no existe el brutal amanecer,
presentó su formato de autenticidad, su puesta estética,
su movimiento cultural, su tendencia concebida
y también negó la realidad.

Golpeó la puerta,
dijo que se llamaba Jorge Teillier,
que si no llegaba primero
era porque sólo encierra la brutal competencia
y preguntó por su ciudad, Lautaro.
  

Mario Meléndez nos presenta, en esta entrega de Arte poética, un viaje por la poesía del entrañable poeta chileno Jorge Teillier, cada vez más leído y más apreciado en el continente. Según el crítico Fernando Alegría, “Jorge Teillier es quien tiene más duende entre sus compañeros de generación: los poetas chilenos llamados láricos”.


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sábado, 25 de febrero de 2012

Documento histórico: Entrevistas en Escritores.cl a nuestro Ex Presidente Fernando Quilodrán

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Entrevista: Fernando Quilodrán
Ex Presidente de la Sociedad de Escritores de Chile.
Valentía que conlleva la coherencia en el pensar y actuar


Por: ANNAMARÍA BARBERA L.



La Solidaridad encarnada en el ser humano

No es fácil definir al actual presidente de la Sociedad de Escritores de Chile. Reúne en su quehacer literario al poeta soñador, al prosista y narrador, al ensayista y crítico literario, al incansable estudioso de las realidades.
Quilodrán inspira respeto a la simple vista. Cuando reflexiona, se mueve en el plano filosófico con propiedad. Es la suya una filosofía viva, aportadora de verdad, valores de alto nivel espiritual y evidencias, las cuales es capaz de proyectarlas en el mundo en el cual piensa y actúa. Es un hombre austero, humilde, que no gusta del halago fácil ni de exponer su intimidad a los ojos del mundo.
Nació en Curepto (Talca). Su padre se desempeñaba como empleado público. En el Liceo de Angol es recordado por sus premios escolares y por el ascendiente sobre sus compañeros. Cursó las Humanidades en Victoria, al igual que otro poeta, Jorge Teiller, "claro que yo era mucho más joven,"advierte con una sonrisa que ilumina su rostro.
En los '60 viajó a Buenos Aires. Allí estudió diversas disciplinas en la Universidad, creó cuentos y poemas, amplió su mundo de provincia al calor de nuevas amistades.
De regreso en Chile, recibió premios por sus cuentos y poemas. Primer lugar en el concurso Carlos Pezoa Véliz. Paralelamente comienza a desempeñarse como escritor de artículos de opinión político-cultural en el diario La Nación.

EL EXILIO

Después del golpe militar del '73, fue exonerado y su casa allanada. Con la ayuda del agregado cultural de Francia, ingresó a la Embajada de Holanda, saliendo del país como exiliado político. Se radicó en Ámsterdam, ciudad en la cual asumió el cargo de Asistente en Docencia e Investigación en Español de la Universidad. Allí publicó un libro de poemas "Había una vez un pueblo", la novela "Los organismos del tiempo "y una obra de investigación en inglés, en cooperación con otros autores.
A fines del '85 fue autorizado a regresar al país. Aprovechó la instancia y ya en Santiago, centró sus esfuerzos en organizar junto a varias personalidades de la cultura como Delfina Guzmán y José Balmes, la entidad "Chile Crea" cuyo objetivo era lograr la solidaridad mundial con Chile y que ésta se expresara en situ. Cristopher Reeves estuvo en la primera avanzada, luego vendrían muchísimos personajes representativos que, como factores subjetivos del cambio que se gestaba, visitaban el país.
Después de una corta estadía se va de Chile, para hacerse cargo del programa radial "Chile Escucha" que, por entonces dirigía José Miguel Varas, en radio Moscú. Con la asunción del mando de Patricio Aylwin, Quilodrán regresa al país para establecerse de manera definitiva.

HAY QUE AVENTURAR LA VIDA.-

En su libro "Vitales Mereciéndolo"(tomado este título de un aviso del periódico donde se ofrecía el sueldo vital, si el trabajador lo merecía), hay un pensar filosófico que cruza transversalmente todas las páginas, se percibe una necesidad de esclarecer nociones ontológicas por medio de reflexiones y preguntas de los protagonistas. ¿Cuál sería la respuesta acerca del ser del hombre cuando interroga :"¿ se trata de un haz ontológico de seres o de un racimo de roles que desarrolla según la ocasión?"

Quilodrán: Sartre dijo que el hombre es una pasión inútil. Un ser para la nada .Esta afirmación, yo no la suscribo. El ser humano es un proyecto que constantemente se está haciendo a sí mismo, constantemente está haciendo su libertad. El núcleo del yo no está dado a priori, hay un trabajo personal que se desarrolla en el tiempo .Algunos roles, asumidos, deben ser deshechados para privilegiar otros que van a fortificar el núcleo del yo, a fin de lograr una plenitud humana y así humanizar la existencia.
La vida es una aventura y así debe ser vivida .Hay que aventurar la vida con sentido de la liberación interior y exterior .El hombre está hecho para vivir con plenitud.

Ud. cita a Marx ,cuando éste dice " el hombre es la suma de sus relaciones sociales" .¿Podría ampliar el sentido de esta frase ?

Quilodrán: Persona significa personas. No es concebible una persona humana abstraída de la convivencia con otras personas. La persona humana necesita de otras personas para salir de su indigencia. Si no se relaciona, no se constituye como un ser cabal, tiene necesidad de los otros para llegar a ser .Si digo "el hombre es la suma de las relaciones sociales" ¿cómo no voy a tener interés que ese haz de relaciones sea más rico ?Si hay pobreza espiritual en ellos, yo soy pobrísimo. De ahí mi compromiso y deber con la cultura.

EL AMOR ES BLANCO.-

¿Qué piensa del amor? En un capítulo de "Vitales Mereciéndolo" Ud. dice que el amor es blanco. ¿A qué se refiere?

Quilodrán: El blanco alude a la pureza de las intenciones de aquellos que entran en relación, a la verdad que debe regir ese interactuar .Lo constitutivo del ser humano es el amor en sus múltiples manifestaciones.
El rostro del otro nos interpela y nos hace responsables de su destino. La pregunta bíblica ¿Donde está tu hermano? -realizada por Dios a Caín- exige una respuesta que él no sabe dar, y contesta con otra pregunta ¿Soy yo acaso el guardián de mi hermano? Cuando uno deja de sentirse responsable por el otro, se deshumaniza. Uno debiera preguntarse todos los días por su hermano, por su existencia plena en lo humano, por los medios que debe tener a su alcance para elevarse de la mediocridad, para disfrutar por ej. Con un fragmento de la música de Vivaldi o con algo tan simple como un rayo de sol que cae sobre las rosas, en vez de fomentar el consumismo y la artificialidad de los mall.
Los sentimientos amorosos son iluminadores de la existencia, imprevisibles. Pero no se trata sólo de sentir sino de tener una conducta amorosa con el otro. Usted ha notado que no me he referido a lo sexual y no porque no le dé la importancia unitiva que tiene, sino porque creo que este contacto se da como unión física una vez que ha habido un acercamiento espiritual. No es algo trivial. En ese contacto yo alcanzo la persona total del otro.
También asumo que las relaciones humanas no se dan entre seres concretos ya finalizados sino entre proyectos, por eso son mudables, no estáticas. Yo y el otro vamos cambiando en el tiempo y a veces ese cambio no se da con igual intensidad ni va en la misma dirección provocando una ruptura.

LA INJUSTICIA ES UNA FORMA DE DESTRUCCIÓN DEL OTRO.

Impresiona la fuerza con que denuncia la injusticia social, tanto en sus poemas como en su narrativa .Se diría que es la pasión fundamental de su vida.
Quilodrán: La injusticia es, sobretodo, una forma de destrucción del otro al no permitirle su pleno desarrollo humano .Indudablemente, aparte de mi pasión por la poesía y la creatividad humana en sus múltiples manifestaciones, he asumido la responsabilidad de conquistar la libertad personal para hacerla social y colectiva.

¿Cree, entonces, Ud. que cada escritor debiera asumir este deber con los más desposeídos?

Quilodrán: El escritor debe estar comprometido con el pleno desarrollo del ser humano .El sistema actual individualista, ha provocado una pérdida de humanidad. Tenemos una cultura narcisista que ha abjurado del ideal humano por frivolidad.
El se humano ha sido invadido no por el mundo real, sino por criterios de eficiencia económica y consumismo; se ha alienado, está fuera de sí .Se ha perdido la relación primigenia del hombre consigo mismo y con las cosas.
Puedo comprender al escritor que ha abandonado su compromiso con el desarrollo humano, quizás hasta disculparlo si esto ha sido fruto de una deliberación seria interior; pero no puedo disculpar a aquel que lo hace por superficialidad, entregado al exitismo y el dinero.

EL TEMA DE LA LIBERTAD

¿A qué libertad se refiere EN LA PREGUNTA ANTERIOR? Solzhenitsyn, al ser confinado al campo de concentración de Siberia por sus ideas políticas, decía que nunca había sido más libre, pues gozaba de gran libertad interior.

Quilodrán: La identidad de cada uno es aquella forma libre de ejercer la condición humana en las particulares condiciones de espacio, tiempo y clase social. Hay una libertad interior y otra exterior. Ambas son necesarias para el pleno desarrollo humano, no se trata sólo de la libertad material sino la del espíritu. Las determinaciones negativas deben ser eliminadas para que el ejercicio del actuar sea libre ,y estoy hablando de eliminar las filosofías totalizantes, las globalizantes ,las discriminaciones de todo tipo ,las censuras ,la exacerbación del individualismo ,los prejuicios, la indiferencia .Se debe lograr en lo personal, un yo fuerte que crezca en vez de ser absorbido por el mundo del consumismo ,por la frivolidad ,por la identidad ficticia .Sólo cuando soy fiel a mí mismo ,puedo ser fiel y responsable de las necesidades de los otros .Musil decía que si una idea llega a hacerse única y absoluta ,el mando es invisible ,pero está ahí. No puede ser bueno para el hombre una sola idea económica, una sola forma de relacionarse.

La existencia de Dios.

En algunos de sus poemas, atrapa la belleza del mundo en medio de la angustia existencial, se interroga por el sentido de la existencia, interpela a Dios y le reprocha abandono. ¿Significa esto que usted cree en Dios? O, como dice un personaje de sus novelas: "Lo que hay al final del camino es un sueño. Me cuesta asirme a ese madero de naufragio."

Quilodrán: A Dios le reprocho el no existir .De él he dicho que es "un inexistente activo".No puedo creer en él, puesto que no puedo aceptar el hecho ontológico de una creación - el hombre- que se descrea.
La muerte es el gran escándalo .El hombre es un proyecto que continuamente está haciéndose .Se lucha por ello , se lucha por humanizarse , por crecer en espíritu y cuando se ha llegado a conocer , cuando ha llegado a decirse a sí mismo " tal vez yo sea éste" ,muere.
Es inaceptable. Provoca toda mi rebeldía.

LA ANTIPOESÍA DEBE SER SUPERADA.-

¿Qué diálogo, o más bien, que poetas le han hablado a través de sus obras, provocando en Ud. una comunicación que le haya ayudado en su crecimiento intelectual y espiritual?

Quilodrán: En la poesía son innumerables los autores que, convocando la palabra, trajeron las cosas a mi presencia obligándolas a desplegar su ser y realidad. Podría citar el siglo de Oro Español, también a Rubén Darío a quien considero de gran profundidad .La hondura y realismo de Cesar Vallejo, Rimbaud, Ungaretti, Quasimodo, T.S.Elliot, Cernuda, Alezxaindre, Kavafis y los griegos. Los autores latinos como Horacio, Catulo... De Chile no puedo dejar de mencionar a Pablo Neruda, sobre todo Residencia en la Tierra, a Gabriela Mistral, a Vicente Huidobro, a Humberto Díaz Casanueva. En nuestro país a partir de 1910 ,se da una gran poesía que ha hecho más inteligible el mundo ,ya sea mediante el lenguaje coloquial o simbólico .Por ejemplo José Ángel Cuevas, Omar Lara, los semi olvidados Rosamel del Valle y Omar Cáceres. Más contemporáneos Enrique Lihn, por supuesto Jorge Teiller, Enrique Volpe. Un comentario especial merece Nicanor Parra por su enorme ingenio, que es la capacidad de percibir semejanzas entre las realidades. Sus artefactos con la antipoesía fueron necesarios en una época.

¿Fueron, dice Ud.? Es decir en este momento de la literatura, ¿ya no lo son?

Quilodrán: La Antipoesía tuvo su importancia como reacción a un tipo de poesía retórica, grave, de corte nerudiano con un culto irreflexivo a la figura de Pablo Neruda. Fue como una limpieza del idioma, un nuevo aire insuflado que dio vida a la literatura. Pero la antipoesía debe ser superada .Se equivocan aquellos que continúan con una dependencia parriana. Se debe volver a la reflexión poética y abandonar el reduccionismo del enigma poético.

¿Diría Ud. que se ha confundido la poesía de vanguardia con la provocación y el feísmo realista, sin ningún vuelo espiritual?

Quilodrán: Los poetas que tienen conciencia de que su labor es un arte, cultivan el estudio de este oficio, se alejan del facilismo. En cambio, hay una pseudo vanguardia, producto de la moda, que ha reducido la creatividad al impacto que se consigue poniendo en danza todo lo negativo .Es una obra provocadora, ruidosa, impactante pero sin raíces, vacía de sentido, sujeta a las modas y por tanto pasajera. Es feo todo lo que es falso, lo amanerado, lo que es ostentación mentirosa.
También se da hoy en día el fenómeno de la "Premitis”, cuando se escribe buscando el premio .Se indaga quien integra el jurado y, de acuerdo al nicho, se elige el tono y el estilo de la creación. Esto es una falsificación de la poesía.

La crítica literaria.

¿Y qué me puede decir de la crítica literaria? Ud. mismo es un crítico y según he oído comentar de los buenos.
Quilodrán: A veces, cuando leo la crítica de los eruditos me asalta una duda .Estos, ¿qué leyeron? ¿habrán disfrutado de la poesía, o sólo les sirvió para sostener una tesis erudita formada con anticipación? Me quedo con la vieja escuela impresionista de Alone, a quien según mi parecer, no se ha logrado superar como crítico.
Yo me interrogo al realizar una crítica: ¿Esto es poesía? ¿Puede catalogarse como una experiencia estética? ¿Puede jugar un papel dentro de la cultura? ¿Ayuda esta poesía a la humanización del ser humano? ¿Hay una transfiguración de la realidad? El gran arte es aquel que no nos deja igual después de leerlo. Bueno, no son éstas todas las preguntas que me hago al realizar una crítica, pero por ahí va el sentido.

Ud. habla del aporte a la cultura de esa determinada obra, ¿cómo saber si ésta puede lograrlo?

Quilodrán: Difícil tarea porque sólo el tiempo lleva a descubrir a los clásicos, o sea, a aquellos que perdurarán después de su generación. ¿Qué es el arte universal? No es más que una obra que expresó lo particular, sólo que esa particularidad tenía una complejidad social tan aguda que la elevó a símbolo universal.
El lenguaje simbólico es un lenguaje en el que las experiencias internas, los sentimientos y los pensamientos, son expresados como si fueran experiencias sensoriales, acontecimientos del mundo exterior. Es un lenguaje atemporal, alógico, en donde se une lo inmanente (reflejo de su época) y lo trascendente (deja traslucir lo que hay de permanente y valedero en el ser humano).
En la obra de arte hay una concordancia con el pensamiento de la época, pero a la vez debe revelar un sustrato ahistórico que pone la nota de trascendencia, propia de "lo bello".

Pienso que también la novela o el cuento están sometidos a estas mismas condiciones estéticas...

Quilodrán: Por cierto. Ninguna innovación, ninguna ingeniosidad narrativa, que no esté sustentada en la verdad humana, en algún conflicto del hombre de cualquier tiempo, harán por sí solos que determinados autores se establezcan y perduren como patrimonio universal.
En nuestro país son pocos los escritores que han elaborado textos que trascenderán su época.

Los encuentros influyen en la obra artística

¿Qué importancia le asigna al lugar donde el escritor nace y desarrolla su vida? ¿Cómo cree Ud. que esto influye en su calidad artística universal?

Quilodrán: El escritor está condicionado por el lugar donde nace .No puede ser un Proust quien nace y vive toda su vida en Chiloé. Por eso hay literaturas grandes y otras pequeñas, como los ríos que nos arrastran y nos dejan en algún mar que no conocemos y no habríamos conocido sin la ayuda del escritor. El escritor necesita alimentarse de otros estilos de vida, personalidades, si no lo hace así no puede captar el fenómeno de su propia realidad reflejada en la conciencia colectiva.

Su novela " Vitales Mereciéndolo”, está escrita en una forma estética que refleja una época a través de la conciencia de sus personajes ¿me podría ilustrar acerca de esta forma tan particular?

Quilodrán: La creación literaria parte de un hecho objetivo cual es la realidad con sus variantes sociales, espirituales y materiales. Este hecho objetivo se ha reflejado en una conciencia .O sea, mi conocimiento del mundo, como escritor, parte del conocimiento del mundo en la conciencia de los otros .Esto es lo que llamo la conciencia de primer grado. No sé si seré original. De hecho me parece que está en Flaubert, creo que sí.
El reflejo de esta conciencia de primer grado en la conciencia estética nos lleva a la conciencia de segundo grado .Por ej. "El Quijote" es el reflejo de la conciencia estética del personaje llamado Quijote, de la realidad de la España de su época.
No es una mera transcripción de hechos ni una interpretación de ellos, busca algo más: el símbolo estético universal. Esto lo logró Flaubert en "Educación Sentimental"-la mejor novela de todas las épocas- También Los monederos Falsos de André Gide o Un Lugar sin Límites de José Donoso, hacen uso de esta forma, de una manera magistral. Balzac es un escritor que no puede dejar de leerse, si uno desea entender su época. Se podrían mencionar muchas novelas a las cuales les debemos un mayor crecimiento humano .Por ej. La Cartuja de Parma, de Stendhal es distinta en su forma, pero se encuentra a una gran altura literaria.
Bielinski Vissarin, en el siglo pasado, en sus ensayos sobre Pushkin dice que:" sólo en una sociedad como la francesa, en donde se da un estrecho contacto entre todas sus clases sociales, puede surgir una novela tan artística como la de George Sand". Suscribo totalmente esta afirmación aunque discrepo en lo relativo a George Sand, a quien considero una buena escritora, pero no a la altura de los ya nombrados.

Podría explicar un poco esta afirmación tan categórica de Vissarin?

Quilodrán: La existencia de las sociedades de clases con un alto grado de personalidad entre ellas, enriquece la experiencia común .Se contrastan en métodos de vida, anhelos, proyectos, personalidades, valores vividos de distinta manera. La gran novela moderna nace en la Francia pos-revolución. Encontramos allí nobleza de corte feudal, viejo artesanado, diferentes estados de clero, burguesía, etc. Y estas clases interactuaron entre sí produciendo una riqueza difícil de encontrar en otro país. En el mundo, sólo el hombre es dado a sí mismo y, si quiere crecer y llegar a su plenitud, debe interactuar con los otros, con todos. Aquí la tolerancia activa es importante.

La Tolerancia debe ser activa.

Tolerancia...Es una palabra prestigiada en una democracia, se la invoca como necesaria y es de buen tono vivirla .Ud. le ha puesto un adjetivo "activa"¿ a qué se refiere éste?

Quilodrán: La tolerancia es necesaria en la convivencia social, todos los absolutismos o totalitarismos son nefastos, pero si la tolerancia no es activa, no es real, no es verdadera. Y esto sucede cuando es solamente estratégica , es decir, cuando somos tolerantes por estar en minoría ; al pasar a ser mayoría ,la dejamos de practicar. O cuando es sólo un velo que camufla el egoísmo, la indiferencia, la falta de solidaridad. Somos, en este caso, tolerantes porque no nos importa ni nos interesa el "otro”, es la permisividad ante lo que es dañino para el ser humano.
Fernando Quilodrán nos deja el alma insuflada de ideales y valores, además de un crecimiento efectivo en nuestra labor como escritores, al otorgarnos una mirada distinta y profunda sobre el quehacer literario .La Sociedad de Escritores se ha prestigiado con un dirigente de su honda calidad humana.





Fernando Quilodrán, periodista, escritor, autor de libros de poesía, novelas y cuentos fue elegido en tres oportunidades como Presidente de la Sociedad de Escritores de Chile (1999, 2001 y 2003).


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viernes, 24 de febrero de 2012

De "La Muerte tiene los días contados" de Mario Meléndez

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El poeta chileno Hernán Lavín Cerda reseña el poemario “La muerte tiene los días contados” de Mario Meléndez y editado bajo el sello de Laberinto. Lavín Cerda radica en México desde los años setenta y ha sido maestro de poetas y críticos de varias generaciones. El comentario viene acompañado por un par de poemas del libro. 



UNA CARTA PARA MARIO MELÉNDEZ

Abro al azar el volumen La muerte tiene los días contados, del joven Mario Meléndez, quien por arte de Su Majestad el Azar nació en Chile, casi en el fin del mundo, como también sucedió con el autor de estas líneas fraternas, y descubro que aquí también respira con luz propia y palpitante, el milagro de la otra voz. Es decir, la creación auténticamente poética, desde la fortuna del título de este libro. Dicho de otro modo: ten cuidado, muerte, y nunca olvides que estás a punto de morirte una vez más. Cuando así suceda, la vida dará un largo grito de júbilo, y ella y nosotros habremos resucitado. 

        ¿Qué más veo o entreveo en estas escrituras de Mario Meléndez? Lo descubro en su humor físico, metafísico y no solamente negro sino más bien multicolor. Cuando voy leyéndolo paso a paso en voz baja, me toca su música viva, juguetona y muy viva, y entonces voy de la sonrisa a la risa, y de ahí me deslizo hacia el espacio de Su Majestad el Pensamiento. 

        Te deseo lo mejor de lo mejor, querido Mario. Y después de disfrutar amplia y gozosamente con la lectura de tu libro, suspendo por ahora mis palabras con esta sugerencia: Sigue tus propias huellas, aliméntate bien, come frutas y verduras, ríete mucho, muriendo y resucitando en un ataque de risa ingobernable como la risa del Espíritu Santo, y nunca olvides, sí, así es, nunca olvidemos que los muertos seguirán luchando por su vida, a pesar de todo. No hay más remedio que ser felices, mi querido poeta, cueste lo que cueste. Tus escrituras nos invitan a la mesa del humor, la fraternidad y el júbilo. ¿Qué más podemos pedir? Seamos agradecidos, entonces, como si aún estuviéramos viviendo en el amanecer del mundo. 


        Firmado: Hernán Lavín Cerda, alias el Doctor Sutil o tal vez el Lobo Sapiens.
        Ciudad de México, a 13 de mayo de 2011 ¿antes o después de Jesucristo?

  

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jueves, 23 de febrero de 2012

Lo mejor de la poesía en español desde México: El poeta mapuche Jaime Huenún

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Aproximación a la poesía del poeta mapuche Jaime Huenún (1967). En palabras del propio Huenún: “Mi poesía es un gesto de silencio, un territorio para ilusos que quisieran sacar de sus cabezas aquello que somos cuando somos lo peor: un error irreparable, una especie muchas veces deleznable”.
Selección: Mario Meléndez.
Más del libro de Jaime Huenún


Libro

Sólo puedo leer tu cara, huenún jaime luis,
sietemesino feo, sólo
puedo leer tu mitad hijo,
tu mitad hueso y calavera encarnada,
tu débil número negativo
hecho de cuarteada eternidad y carne.
Sólo puedo leer tu mitad
padre, hermano, aquel
que diariamente sale a conseguir
una mísera ración de estrellas, exiguo alimento
de palabras que no saben todavía ni
siquiera balbucear.
Sólo puedo leerte al lado de Otro,
sólo junto a los conjuntos rotos de tu madre,
sólo solitario pero nunca solo,
mal ladrón de la blancura de las Páginas.
Sólo puedo leerte juntando las letras
de tu vuelo de mosca reventado
al pie de un poema de Tu Fu.
Sólo puedo leer tu raíz falsa, huenún
jaime luis, hombre
o duende porfiado o malo de la cabeza,
sólo puedo leer la mitad
del aire que te hace viejo,
la otra mitad la ganas
con el sudor de tus ojos
y aquello
no tiene explicación en mi alfabeto.


Fogón 

Menos que el silencio pesa el fuego, papay, tu
gruesa sombra que arde
entre leños mojados;
menos que el silencio a la noche
y al sueño,
la luz que se desprende
de pájaros y ríos.

“Hermano sea el fuego”, habla, alumbra
tu boca,
la historia de praderas y montañas
caídas,
la guerra entre dioses, serpientes
de plata,
el paso de los hombres
a relámpago y sangre.

Escuchas el galope de las generaciones,
los nombres enterrados
con cántaros y frutos,
la lágrima, el clamor de lentas caravanas
escapando a los montes de la muerte y la vida.

Escuchas el zarpazo del puma
al venado,
el salto de la trucha en los ríos
azules;
escuchas el canto de aves adivinas
ocultas tras helechos
y chilcos florecidos.

Respiras ahora el polvo de los nguillatunes,
la machi degollando el carnero
elegido;
respiras ahora el humo ante el rehue, la hoguera
donde arden los huesos del largo sacrificio.

“Hermano sea el fuego”, dices retornando,
el sol ancho del día
reúna a los hermanos;
hermano sea el fuego, papay, la memoria
que abraza en silencio la sombra
y la luz.
 

Papay es el nombre afectuoso que se da a las ancianas. 


Cisnes de Rauquemó 

Buscábamos hierbas medicinales en la pampa
(limpiaplata y poleo, yerbabuena y llantén).

El sol era violeta, se escarchaban los pastos.
Bajaba el Rahue oscuro, ya sin lumbre de peces.
Oímos mugir vacas perdidas en la Vega,
y el ruido de un tractor camino a Cancha Larga.
Llegamos hasta el río y pedimos balseo,
un bote se acercó silencioso a nosotros.
Nos hablaron bajito y nos dieron garrotes,
y unos tragos de pisco para aguantar el frío.
Nadamos muy ligero para no acalambrarnos.
La neblina cerraba la vista de la orilla.
En medio del junquillo dos cuerpos de agua dulce,
blancos como dos lunas en la noche del agua,
doblaron sus dos cuellos de limpia plata rotos,
esquivando sin fuerza los golpes y el torrente.
Cada uno tomó un ave de la cola o las patas,
y remontó hacia el bote oculto entre los árboles.
Los hombres encendieron sus linternas de caza
y arrojaron en sacos las presas malheridas.
Nos marchamos borrachos, emplumados de muerte,
cantando unas rancheras y orinando en el viento.
En mitad de la pampa nos quedamos dormidos,
cubriéndonos de escarcha, de hierba y maleficios.


Ceremonia de amor 

Los árboles anoche amáronse indios: mañío e ulmo, pellín
e hualle, tineo e lingue nudo a nudo amáronse
amantísimos, peumos
bronceáronse cortezas, coigües mucho
besáronse raíces e barbas e renuevos, hasta el amor despertar
de las aves ya arrulladas
por las plumas de sus propios
mesmos amores trinantes.

Mesmamente los mugrones huincas
entierráronse amantes, e las aguas
cholas abrieron sus vertientes alumbrando, a sorbos
nombrándose, a solas e diciéndose: aguas buenas, aguas
lindas, ay pero violadas somos aguas Rahue,
plorosas Pilmaiquén, floridas e parteras e aún felices
las arroyos que atraviesan como liebres
los montes e los cerros.

E torcazos el mesmo amor pronto ayuntáronse
los Inallao manantiales
verdes, las Huaiquipán bravías
mieles, los Llanquilef veloces
ojos, las Relequeo pechos
zorzales, las Huilitraro quillay
pelos tordos, los Paillamanque
raulíes nuevos.

Huilliche amor, anoche amaron más
a plena chola arboladura, a granado
cielo indio perpetuo
amáronse, amontañados
como aguas potras e como anchimallén encendidos, al alba
aloroso amáronse,
endulzándose el germen lo mesmo
que vasijas repletas de muday.


Envío a Anahí

Era madrugada y yo
cortaba flores para ti en mis libros de poesía.
Llovió largo sobre el mundo y en mi sueño
se abrieron los primeros rojos brotes de poroto.
Hacia el bosque volaron los güairaos,
y el tue-tue cantó tres veces
sólo para confundirme.
Amanecí después: mariposa era el cielo,
liebre era la tierra corriendo tras el sol.
Te vi luego zumbando en las celdillas de la miel,
haciendo olas en la blanca
placenta de tu madre.
La muerte es lo que escribe
el agua sobre el agua, me dije contemplando
el rocío de las hojas.
Lloré, entonces lloré,
sólo por el delirio de respirar tu aire. 


Cantos 

Un notro es la mañana
donde habitan
los tordos.

Árboles fantasmas
en tu sombra
hay.

Honda vuela el agua
sobre el sol y el bosque.

Negra golondrina,
sales de mi sueño
y entras en la tierra
sin voltear.

Mariposas
en el cardo
que todos evitan.

Fuegos de montaña,
cenizas del sol.
Mediodía en mi
provincia.

Escribo mi poema
en las hospederías del bosque.
Los pájaros vuelan
y borran con sus cantos
lo que escribo.


Crónica de fin de invierno 

Ayer estuvo en casa un pariente del campo. Llegó borracho y sudoroso. Cojo como es, habrá andado difícil por las calles de Osorno, con el alcohol acumulado en el tobillo del pie derecho, su hueso malformado.
Trajo la noticia de la brutal caída de caballo de su padre, tío abuelo mío por huilliche y por marido de una de las hermanastras de mi abuela.
José Llanquilef, 89 años, carpintero, campesino, constructor de lanchas y botes, mueblista y ex dueño de un almacén y de un microbús de recorrido rural, vive por estos días sus últimos días. Ha perdido la memoria y de sus ojos se ha borrado el mundo.
Su mujer, Zulema Huaiquipán Huenún, trajinará diminuta bajo el peso de la joroba de vejez por los pasillos del hospital de Quilacahuín.
Pronto graznará el chonchón desde el lado siniestro de la vida.

¿Quién pide aplausos
por vivir o
por morir?


,
Éste,
que recibió las arrugas
y las canas
como los árboles de monte, no
murió: quedó encantado.

Su catafalco va cubierto
de crisantemos y de lirios.
Nadie lo llora en el cortejo
que avanza entre el río
y los sembrados
de papa y remolacha
..

Silencio de agua, polvo de murmullo.
.
Del Trumao de los trenes
al Cantiamo de las arvejas enormes;
del Trinidad de las manzanas
a la Barra del río Bueno:
que refloten los antiguos vapores varados
(el “Margarita”, el “Tres Palos”, el “Rahue”)
y que se embarquen todos
los que ya murieron.

.
. Mañana
florecerán los arrayanes,
y los campos serán de las abejas,
y el muerto despertará la primera mariposa
bajo la lluvia de la eternidad.
 


Víctor Llanquilef empuja el bote ebrio al río de las canoas

Un coipo nada en el sol
y tú te recoges en el agua, silencioso.

Son tus orillas el berro y el junco,
y la ancha sombra de los sauces
el destino de tu sombra bajo el agua.

Un pez alza la luz sobre el remanso.

El destello es tu espíritu
que se hunde en lo profundo
nuevamente.

(De ceremonias)


En la casa de Zulema Huaiquipán

Junto al río de estos cielos
verdinegro hacia la costa,
levantamos la casa de Zulema Huaiquipán.

Hace ya tantas muertes los cimientos,
hace ya tantos hijos para el polvo
colorado del camino.

Frente al llano y el lomaje del oeste,
levantamos la mirada de mañío
de Zulema Huaiquipán.

Embrujados en sus ojos ya sin luz
construimos las paredes de su sueño.

Cada tabla de pellín huele a la niebla
que levantan los campos de la noche.
Cada umbral que mira al río y los lancheros
guarda el vuelo de peces y de pájaros.

Bajo el ojo de agua en el declive
donde duermen animales de otro mundo
terminamos las ventanas.

Y en la arena hemos hincado nuestras sombras
como estacas que sostienen la techumbre
de la casa de Zulema Huaiquipán. 


Umautuli 

Evaristo Huaique yace en la cuneta del camino.
Borracho desde Osorno, dormita largo y ancho entre
los pastos y la fría neblina de noviembre.
La manta de Castilla de su padre lo protege de
los vientos veleidosos; el cuchillo de monte en la
cintura, aleja a los brujos y a los duendes del sueño
y del camino.

Duerme Huaique bajo el cielo de la noche de San Juan.
Duerme y habla en pendenciero castellano,
a los viejos animales de la sangre y del espíritu:
.
No hubo muerte, padre nuestro, no
hubo sangre, no
hubo peuco picoteándome los ojos,
ni un cuchillo brillándose en la noche, ni una
piedra marcándose la frente.
Un caballo hundiéndose en el agua
me nadaba los sueños
hasta el alba
y un cernícalo de aire y de oro
anidaba en mi cabeza
y en mi luz.
No hubo herida, no hubo hambre, sí silencio
en mi mano y en mi oreja izquierda, sí
mariposa roja de la tierra
negra y roja de los campos de San Juan.
Muertos hubo entre las ramas de los árboles
y en el vuelo
de los peces de laguna
y en la flor de topa topa
las abejas
se comían a una muerta dando a luz.
Esto vide, padre nuestro, no
mi muerte,
pues los sueños no son para morir.
Esto vide en los montes
de otra tierra
donde nace y muere el sol
que alumbra al sol.


Huechantü
Uno 

Las estrellas giraban en el cielo
quemando como el oro
nuestro corazón.
Los bosques se aferraban a la noche
y el sol venía al mar
desde las blancas montañas de los sueños.
Pasamos por árboles que nos adormecían
con sus pétalos de moribunda luz.
El agua respiraba bajo tierra.
La luna descendía a los dominios
de los animales secretos,
enmascarados por la niebla
y el frío resplandor de las vertientes.
Nuestros caballos
se hicieron aire
y nuestros cantos
vanas raíces
en la escarcha del amanecer.
La tierra nuevamente ardía
y nuestros muertos,
boca abajo,
cubrían con sus sombras
la extensa sombra
de su corazón.

.
.


Dos 
.
Huenchantü, Huechantü gritaron los ancianos. Se acabó la comida, Carlos Huaquipán. Ya se han ido los salmones, Albino Aguas. La tía Catalina hornea un pan oscuro en la cocina de hierro. Es aún una niña en 1930. El presidente sólo vende harina gris, papas con tizón. En todos los caminos vemos cueros de vacas faenadas por la gente, laceadas en los potreros de los gringos. Huenchantü, huechantü, el día de la crisis, el sol de la escasez. Vendrá la guerra, tío Pedro, tío José, tía Rosa. No hay manzanas en las quintas, el agua sube y pudre los últimos maíces. La gente se emborracha y se acrimina y nadie le hace cruces a los muertos en los montes. Huenchantü, huechantü. Ya no comeremos la murtilla en Quitra Quitra y Trinidad ni los dulces chupones de Quilmahue. Escucha el silencio de los campos, Abraham, ningún animalito ya nos habla. Los bosques en silencio, como piedras, los pájaros sin voz. Huechantü, huechantü. Debajo de la tierra el sol se pierde, debajo del frío remolino de las almas en pena.
 .
..
Tres 
.
Contaco río, cascada
de choroyes, sangre
de las piedras tigres,
herida del sol.
Llévanos.
Ésta es la barca transparente
que sólo podemos navegar en lo oscuro.
Éstos los remos de avellano
que se consumen en tus aguas
hasta desaparecer.
Justicia
de la corriente que nos arroja al mar,
arena el pensamiento,
espuma el amor
que moja nuestras manos
borradas por la luz del roquerío.
Que vengan las gaviotas a comernos los ojos,
los brazos y las piernas.
Justicia de los pájaros,
justicia de las aguas que se inclinan hacia el sol
por el peso de nuestras almas.
(De Reducciones)
 .
.
Puerto Trakl
(fragmentos)
..
Bajé a Puerto Trakl entre neblinas.
Buscaba el bar de la buena suerte
para charlar sobre la travesía.
Pero todos vigilaban la estrella polar en sus copas,
mudos como el mar frente a una isla desierta.
Salí a vagar por las calles con faroles rojos.
Las mujeres se ofrecían sin afecto, fragantes y cansadas.
“A Puerto Trakl los poetas vienen a morir”, me dijeron
sonriendo en todos los idiomas del mundo.
Yo les dejé poemas que pensaba llevar a mi tumba
como prueba de mi paso por la tierra.
.
“Y si vienes a morir a Puerto Trakl,
no bebas de mi vino”, dijo el tabernero.
.
Este bar no es la morgue de los ángeles
ni el cementerio de los fantasiosos.
Muchos hombres han cruzado el océano
por un jarro de cerveza, por una copa
de ginebra caliente.
Nadie aquí tiene patria ahora, y navegar
cansa más que la nostalgia y el amor.
Escucha, sólo escucha el estruendo del oleaje,
mientras el mirlo clama
entre las ramas y el viento.
.
Como un cantante de ferias y cantinas
repitiendo siempre las mismas canciones,
declamo poemas al océano.
El oleaje apaga el rumor de mi voz,
y la espuma salpica estos papeles
como un escupitajo de las rocas y el agua
a mi vanidad.
Entonces imito el gesto del cantante
cuando extiende la guitarra al público y le dice:
“no quiero aplausos, sólo monedas.
no quiero aplausos, sólo monedas.
.
Como una manera triste de predecir
miro el paso de las nubes sobre el puerto.
Sé que mi suerte no está
en ninguno de esos nimbos que regresan al mar
movidos apenas por el viento de la literatura.
“Profetizar me asquea” podría decir
y, sin embargo, allá va mi vida
sobrepasada por pájaros que llevan
todo el tiempo del mundo entre sus alas.
.
Fumando en el muelle desierto
recuerdo a mis hijos,
apenas alumbrados por el sol de este anillo.
Mi paternidad se ha ido a pique;
el mercado está desierto frente a mí.
Un corazón apátrida late en esta fuga
hacia la isla prometida.
El amor ha abierto una oscura puerta
por donde paso
inclinándome.
Bebimos el vodka de madame “Su”
en el hotel Melancolía.
Nos habló de sus novios,
su vejez,
y de unos gatos perdidos en el puerto.
La noche llegó desde un poema de Trakl
que ella guardaba en la memoria.
Alzamos nuestras copas y, sin prisa,
cada cual volvió a su propia
y cotidiana decadencia.
.
Ebrio me despide Puerto Trakl
con el alba mojando mi cabeza.
Sin dinero, sin amigos y sin reputación
vuelvo a mis antiguos días.
La pequeña mañana abre sus puertas.
Los tugurios donde beben poetas y pescadores
quedan para siempre atrás.
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(De Puerto Trakl)

Jaime Huenún. Valdivia, 1967. Estudió Pedagogía en Castellano en el Instituto Profesional de Osorno y en la Universidad de la Frontera en Temuco. Entre sus libros destacan: “Ceremonias”, “Puerto Trakl” y “Reducciones” (inédito). Fragmentos de su poesía se han publicado en revistas y antologías nacionales y extranjeras, entre las cuales se cuentan Cartas al Azar (muestra de poesía chilena), Editorial Ergo Sum, 1989, Zonas de Emergencia, Paginadura, Valdivia, 1994, Ül: Four mapuche poets, muestra de poetas de origen mapuche publicada por las editorial Latin American Literary Rewiew Press, Pittsbourgh, 1998. El 2003 obtuvo el premio Pablo Neruda de poesía otorgado por la Fundación homónima. A fines del mismo año, compila y antologa el libro Epu Mari Ulkantufe ta FAchantü/ 20 poetas mapuche contemporáneos (Lom ediciones). El año 2005 obtiene la prestigiosa Beca Guggenheim otorgada por la Fundación Simon Guggenheim de Nueva York. Parte de sus textos poéticos han sido traducidos al inglés, italiano, catalán, portugués y croata, y han sido publicados en antologías de poesía chilena y latinoamericana editadas en Argentina, España, Colombia, México y U.S.A. Este año, la editorial ActionBooks de U.S.A publicará su libro “Puerto Trakl” en versión bilingüe (inglés-español). Actualmente prepara una nueva antología de poesía mapuche que será publicada en España y colabora como columnista en el diario Las Últimas Noticias. Reside en Santiago de Chile.