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Comentario de
El lunar y otros cuentos
El lunar y otros cuentos
RELINCHOS MALSANOS
A campo traviesa galopo tu recuerdo de potro indomable; la eternidad en mis ancas y el futuro fósil de tu amor en las entrañas.
Veneno, jamás dejé de reír en tu epopeya de olvido involuntario, pues soy la yegua que parió el tormento de tu alma, cuando andabas por ahí peinando la muñeca, de tanto buscar y buscar un sentido inexistente.
Percherón, el escupo de tus faltas fue destiñendo el pelaje que sostenía tu agobio, cuando noche tras noche te apareabas por error en la juerga de la vida, dejándome apestada de relinchos malsanos y carreras perdidas para siempre.
No te culpo, cómo hacerlo, el Derby del amor no estaba en tu destino. Me acorralaste hasta el día en que vencí tu resistencia, para abrir de par en par el corralón de mis desdichas y escapar...en honor al linaje que me habita.
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TEMOR
Sientes temor, no puedes evitarlo. Estás mal dormido y temes al temor que desata el nuevo día. Tu rostro por ejemplo, aquel que rehúsas contemplar en los espejos, tiene algo irregular justo sobre los párpados. Cierras los ojos, lo sientes, mientras tragas la saliva de todos los infiernos y tus pupilas ácidas aguijonean con fuerza tus cuencas oculares. Luego aquellos detalles de los cuales dependes: el gastado peluquín que te cubre la calvicie, el anticuado bastón que aguarda por tu cojera y esa extraña posición que adoptas al caminar. Estás cambiando, lo sabes, estás cambiando de golpe; y una risa llantosa comienza a invadir tu rostro. Es el destino; los sueños, huyendo despavoridos desde el claustro del pasado.
Inhalas profundamente intentando purificarte; tus costillas se hunden con más fuerza cada vez, mientras un bulto perverso trasciende tu diafragma hasta anudarte la epiglotis y transfigurar tu rostro. Nada de explicaciones, Dios no gusta de mimos, así rasgaras el cielo clamando misericordia. Este es sólo el inicio de todos los finales; la muerte de tu belleza, la transgresión de tu aura, el teorema oculto de tantas frustraciones.
Cuando venga tu madre o llegue la criada y contemplen tus ojos inyectados en sangre, tu rostro que no es tal y tu cuerpo malformado. ¿Qué harás? ¿Podrás explicarlo? No eres vampiro, ni hombre lobo, ni siquiera el Chupacabras. Eres el extraño invento de un ser mucho más extraño; de esos que buscan luz en medio de las tinieblas.
Sientes temor, no lo niegas. No es maldición, ni delirio. Se trata de alguien que juega a exorcizar demonios y te tiene así, en ascuas, aguardando la piedad de algún lector compasivo que se digne rescatarte...
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AMOR VIAJERO
Por última vez, tú y tu maleta pidiéndome explicaciones. Otro viajero llegó, esta vez para quedarse.
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ESCARABAJO
Yo era un niño lleno de ilusiones, que subía a las buhardillas para jugar a la ronda con los escarabajos. Hoy soy un escarabajo de cuello y corbata, que perdió a su niño en la buhardilla del olvido.
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TITULARES
Sombría situación de pueblo irreal. Sus fantasmas se han congregado en las calles, para protestar por los sarcasmos de la prensa, la cual promueve su existencia a través de titulares.
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Destino
Vienes como siempre, a las diez y quince, con aquella tenida de payaso dominguero y un saxo bajo el brazo por si cae algo. Reímos por las calles como dos perros vagos y la luz de los faroles comienza a iluminarnos. Dices que sí, que esta noche será la vencida, que hay amigos influyentes por ahí, apostando por ti y yo me río: te digo que es por un chiste que recordé, y me guiñas el ojo alegremente, como diciendo: vale, esta será la vencida. Pero aunque niegas reconocerlo, sabes que tu destino es tocar en los burdeles, oliendo a sexo barato y cigarrillo trasnochado; viéndome sólo a mi, cuando el frío de todos los inviernos te desgarre la garganta de tanto darle y darle, de esperanza en esperanza. Me preguntas qué me pasa, no entiendes que estoy divagando. Dices que aún vale la vida, porque estoy a tu lado, y me das justo en el pecho de loca desvergonzada. Aseguras que algún día el mundo verá tu talento, y te aplaudo en la avenida haciéndote una reverencia. La calle nos pertenece, mi bufón de pacotilla: mira como todos vienen a escucharte, y te dejan monedas que recojo en mi sombrero, y te aplauden cuando gritas: ¡esta será mi noche!, yo quisiera llorar, pero prefiero lanzarme alrededor de tu cuello y besarte con locura, como en un fin de mundo. La gente nos aclama, en un enorme alboroto. Los vecinos se aproximan, si hasta la policía aparece de improviso.
Cuando lleguemos al bar y aparezcan los amigos...los amigos aquellos...
Agacho la cabeza mientras entramos al carro policial. Le pido al matón aquel que nos deje en libertad y te devuelva el saxo, pero dice que no, por ofensas a la moral...Ofensas a la moral...ofensas a la moral...quién mejor que nosotros puede saber de eso, respondo en voz bajita, sólo por no atormentarte, pues sigues reza que reza: cuando lleguemos al bar y aparezcan los amigos...los amigos aquellos...entonces será mi noche. ¡Basta Rubén!- te suplico- ¡Basta de darle a los sueños! Sólo me respondes: Juan... y quedas como volando...
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EL NENE
El Nene no cesa de reír en la esquina de siempre, mientras golpea las horas al ritmo de las monedas que infatigables, claman misericordia desde el fondo de un tarro. Y pese a que la gente lo mira con resquemor, siempre logra su objetivo; cuando se inclina en todo su porte hacia adelante flectando aún más sus rodillas semianquilosadas, destacando su apariencia retorcida, la mirada al garete, la sonrisa babosa desviada hacia el hombro derecho que parece succionarle parte del mentón, dejando al descubierto el impétigo gigante de su oreja izquierda. Pero a él nada parece importarle, salvo aquella esquina que lo acoge en su vientre de asfalto, como a un hijo convulso jugándose la vida, esperando que llegue la tarde junto con El Pulento y su clásica pregunta: ¿Cómo estamos Nene?, aun sabiendo que la respuesta es siempre la misma , pues El Nene se las gana a todos; ni Gotzila ni El Pirata, ni siquiera El Cortaíto recaudan tanto dinero y nadie hace la entrega como él; con la alegría torrencial de sus carcajadas que parecen amplificarse a lo largo de la calle, para sólo extinguirse, ante el “Buen chico” que pronuncia El Pulento, mientras le acaricia el cabello seboso para luego preguntarle: ¿Qué más tenemos amigo? Amigo responde El Nene, mientras le entrega las monedas rezagadas en los bolsillos. Amigo, amigo, repite finalmente con las manos vacías.
Roxana Heise Venthur. (20-abril-1964). Cuentista y novelista. Finalista concurso cuentos breves Alfred Hitchcock (U.S.A 2001). Finalista concurso Civilia, Todos somos diferentes (España 2004). Participación en antologías: “Los Magos del Cuento” (Ediciones El Salvaje Refinado U.S.A 2002) Libertad bajo Palabras (España 2004), GRAGEAS 2, (Buenos Aires. Octubre 2010) Más de cien cuentos hispanoamericanos. Selección de Microcuentos 80 en los 80 Sociedad de Escritores de Chile. (Santiago de Chile 2011). Traducida al portugués para “revista periférica” con relato Destino (Portugal, Octubre 2004). Los textos presentes en “El Lunar y otros Cuentos” han sido leídos en universidades como: Universidad del Bío- Bío, Universidad de Viña del Mar, Universidad de Valladolid, Universidad de Málaga entre otras. Seleccionada en concurso Fondo Nacional de Fomento del Libro y La Lectura (Chile- Junio 2006) con novela Frenético Sosiego, publicada en formato tradicional y traducida al polaco por los investigadores Miesko A. Kardyni y Pawel Rogozinski, para incluir a su autora en la “Historia de la literatura hispanoamericana”, que tiene por objeto promover y actualizar el conocimiento de la literatura hispana por parte del pueblo polaco.
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Felicitaciones a la amiga Roxana por su excelente producción literaria.
ResponderEliminarFelicitaciones a la amiga Roxana por su excelente producción literaria.
ResponderEliminarMe parece muy buena la muestra, especialmente, "Temor" y "Destino", indudablemente, un aporte. Gracias a la SECh por ponerl en pantalla a Roxana Heise.
ResponderEliminarGracias por los comentarios. La idea es continuar trabajando, para ser algún día un real aporte a las letras. Un abrazo fraterno.
ResponderEliminarRoxana Heise
Cuan llejos y alto has volado corazon. Me siento desolado ante tanta vocación , cuanta vida y cuanta belleza en tus palabras, no puedo sino admirarte y saludarte con honor y darte un loco abrazo en la inmensidad. BM
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