"80 en los 80", selección de microcuentos a cargo de Gregorio Angelcos y Alfredo Lavergne, es un libro conmemorativo de los ochenta años de la Sociedad de Escritores de Chile. Una idea atractiva en pequeño formato, aunque, además de microcuentos, se incluyeron también microrrelatos, aforismos y anécdotas.
Textos breves han existido en la literatura desde muy
antiguo, las parábolas, fábulas, relatos de los bestiarios medievales ejemplifican lo citado. Borges y Bioy Casares publicaron en 1955 el
libro "Cuentos breves y extraordinarios", y desde allí en América
Latina este género literario ha tenido un predilección especial. Se dice que el microrrelato se vio impulsado
por el surgimiento de las vanguardias que siempre buscaban una renovación
expresiva y por la proliferación de las revistas que disponían de pequeños
espacios dedicados a las expresiones de cultura.
Aunque suene de Perogrullo, el microcuento debe ser
breve. Pero es necesario que en él se
encuentren los parámetros clásicos de la narración, es decir, la introducción,
el nudo y el desenlace, todo en una economía de palabras pulcramente escogidas
y ensambladas de tal forma que turbe al lector y sea este el que imagine la
historia en su totalidad, la complete, se impaciente, relea el texto y abra su
universo. El microcuento no debe
confundirse con otro tipo de relatos breves.
El microcuento es una historia y debe iniciarse y terminarse con el
mismo sujeto o situación.
En palabras de Angelcos y Lavergne "la selección
realizada en este libro, es una micromuestra de lo que un escritor puede
conseguir como resultado de su imaginario, desarrollo y quiebre, ideas,
emociones, en una lucha constante por develar los problemas que subyacen en
nuestra sociedad y que el ojo que transita enajenado por la ciudad no alcanza a
dimensionar y menos a problematizar".
En este libro el lector puede encontrar varios textos que
dejarán su alma temblando si es capaz de leer con atención.
Una bella forma de homenajear los 80 años de la casa del
escritor a la cual pertenecen exponentes de todos los géneros, ya sea poesía,
cuento, novela, ensayo y dramaturgia.
Recordemos que muchos de los destacados escritores nacionales han formado
parte del directorio de la SECh. Algunos
de ellos han obtenido el Premio Nacional de Literatura, y dos de sus socios
obtuvieron en vida el Premio Nóbel: Gabriela Mistral y Pablo Neruda.
Algunos
microcuentos:
Dulces sueños
Salvo una que otra pesadilla, él fue libre mientras
dormía.
Nelson Gómez
Pelikan
El comandante del regimiento Tinguiririca, Pancracio de
la Sotta, desde hacía veintisiete años –la edad que tenía su único hijo- usaba
la misma estilográfica Pelikan para firmar.
Un día la estilográfica dejó de funcionar, y por más que le puso tinta y
la agitó hasta dolerle el brazo, no quiso escribir ni una sola letra más. En esa ocasión tenía que firmar un dictamen
del Comité Revolucionario de la ciudad, donde se condenab
a a ser fusilado al amanecer, entre otros, a su único hijo.
a a ser fusilado al amanecer, entre otros, a su único hijo.
Walter Garib
Animal racional
Con toda ingenuidad, el niño preguntó
- ¿Señor, me volverá a crecer la pierna?
Mientras el traficante de armas acomodaba con mucho
cuidado las minas antipersonales.
Lito López
La memoria del calendario
Se cayó el muro, antes del terremoto.
Alfredo Lavergne
Superproducción
Diez largos años duró su estreno cinematográfico. El guionista y director del film, al verla
sin maquillaje decidió pedirle el divorcio.
Roxana Heise Venthur
Acá
Lo pensé una sola vez y, sin más, nos vinimos a
Santiago. Allá recogía papas; acá
papeles. Acá se me pasó el olor a humo,
pero se me pegó el aroma a smog. Alá
caminaba dos kilómetros a la pega; acá estoy una hora y media arriba de una
micro. Allá tú me quería, y mateábamos
tardes enteras conversando; acá no te veo nunca y el mate está lleno de polvo
en el estante de la cocina.
José Chávez Pérez
El bus
Me subí al bus 174 cuando me fijo en un niño pequeño que
miraba atentamente a los pasajeros con un cuaderno en la mano izquierda al cual
le iba arrancando las hojas y con cada hoja que arrancaba…hacía desaparecer a
un pasajero de su asiento…Me dio miedo…Me bajé en el siguiente paradero.
Nieves Fuenzalida
Ztgo a morte
Los seiscientos sesenta y seis electores inscritos en los
registros electorales había cumplido su deber cínico eligiendo con amplia
mayoría a Richard Lagos III, emitiendo su voto desde el centro geriátrico
ubicado en un bunker cerca de la plaza de la ciudadanía 3 kilómetros bajo
tierra. La mejor tecnología médica de
punta les brindaba protección, AUGERIÁTRICO;
un luminoso holográfico de la televisión NAZIonal brillaba por Shile,
los electrodos bajo sus cráneos emitieron el destello y el comando ALIANZA
CONCERTACIÓN JUNTOS SÍ PODEMOS celebraron el triunfo de las URNas digitales en
la plazoleta democrática. El millón de
no inscritos, malos perdedores, fueron rápidamente disuadidos por los móviles
aéreos que derramaron una mezcla maloliente que les provocaba llagas y caída de
pelo partiendo rápidamente a sus ghettos tras las modernas carreteras
concesionadas. Malos perdedores de
siempre repetía una y otra vez el nieto del rostro, que aún mantenía su inconfundible
acento español en el canal de todos los chilenos.
Tomás Muñoz
Pesadilla
Una noche soñaba que había muerto
Cuando desperté, pude comprobar que el sueño era
realidad.
-En tal caso no tiene objeto que continúe despierto – me
dije y volví a dormirme.
Desde entonces sólo sueño que estoy vivo.
Roberto Araya
Buen apetito
La señora Juana, una anciana solitaria, vive en un
departamento en tercer piso sin ascensor.
Tiene disponible una habitación para arrendar. Alrededor de una vez al mes llega un nuevo
arrendatario, que es lo que demora en comerse al anterior.
Pilar Anguita
Alzheimer
Durante el terremoto todo se movía, la gente gritaba y se
abrazaba, se cortó la luz y pronto se comenzaron a encender velas. La abuela preguntó qué pasaba, y le dijeron
que era su cumpleaños. Se puso muy
feliz.
Víctor Vásquez
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