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Poemario de Luna Gélida
I
Y alguien preguntará si sigues aullando por el bosque. Cuerpo cubierto de harapos, luna entre las ramas. Un brazo desnudo plateado por el frío. La piel ensangrentada por los latigazos y las espinas. Ya no hay vuelta atrás.
Ni siquiera aquel arroyo gélido lo puede detener. Movimiento sin tiempo, que desenclavó sus alas de la tierra. Frío de julio azul noche. Un pájaro negro cruza el cielo, roza las estrellas que esparcen su música densa en el aire del invierno.
Ya ni siquiera se piensa en llegar.
Latigazos/sangre/ bosque/ arroyo/ luna.
Y un cuerpo atormentado, del otro lado de las cosas, clamando por esta piel hecha jirones. Tiritante voz que no oye nada.
II
Y alguien preguntará...Al otro lado del arroyo, un cuerpo ajeno, clama por la piel hecha jirones. Viento y ramas que se entrecruzan, cuando la mirada se eleva gélida hacia la luna, que enmarca el tiempo de la ausencia.
Atravesar las aguas no es tarea fácil. Rocío helado sobre las piedras. La mano, que atraviesa las aguas, llega mucho antes que el cuerpo que la sostiene.
El otro cuerpo, el ajeno, está tendido boca arriba, cianótico, labios de muerto sobre un rostro vivo.
De un tajo, extrae el corazón de su pecho.
Ofrenda /sacrificio/sangre / obsidiana.
La mano que ha llegado del otro lado de las aguas, acaricia los latidos del corazón que se eleva hacia el cielo negro,
El pájaro oscuro se detiene entre las ramas. Una mano, un tajo y un corazón desbordante. Terrible lamento de la lejanía.
III
Pídeme, pídeme, pídeme. Yo tampoco sé pedir, pero te he llamado y has respondido; me has concedido el pecado venial. Oh, cuánta dulzura en el agónico placer de destrozarte el corazón. (Sangre caliente en mi lengua peregrina de los bosques). Me lo has dado, pura ofrenda, sacrificio, obsidiana entre las manos azules de tanto julio noche. Arriba la luna. Siempre .Y una nube navaja que se transportó, filosa al borde del tiempo. Me has pedido los ojos, me has dicho bruja y qué. Me los arranco yo misma, si quieres. Te los entrego, pura miel castaña, desparramada sobre el invierno. Y sabes porqué
..Porque me has dicho: "cuando digo Ella, eres tú"
IV
El cuerpo cianótico sigue vivo. Ese corazón nació para ser ofrendado. El otro cuerpo, el que llegó atravesando el agua gélida, hunde su cabeza feroz, en el pecho del OTRO. (Bebe, bebe sangre manantial). Rostro rojo en la hojarasca, mirada hacia el cielo con aullido de lobo. Luna / ramas / hojas / sangre.
El pájaro negro, despliega las alas, sobre los dos cuerpos, fundidos en (des) composición. Piel hecha jirones, rostro rojo, erección azul.
OTROS despiertan con deseo de NOS.
Gabriela Bruch, es poeta residente en el gran Bs. As., Argentina. Tiene tres obras publicadas: "Naturaleza de lo Oscuro" (2000); "Open Door, los poemas del hospicio" (2006) y " Agosto, Febrero, diciembre"(2008). Actualmente, tiene un par de poemarios en preparación. Coordina los talleres literarios de la secretaría de Cultura de Lomas de Zamora y desde hace 8 años, edita y dirige la revista de poesía "La Iguana ", destinada a la difusión de la obra de artistas latinoamericanos no consagrados. También es parte directiva del proyecto "La Casa de la Iguana ", un lugar donde se dan talleres de escritura creativa, lectura analítica y corrección.
La Iguana tiene una versión digital, a la que hay que suscribirse al siguiente mail: revlaiguana@yahoo.com.ar y una grafica, que sale cuando las condiciones económicas lo permiten, ya que carece de subsidio o apoyo económico. Tiene varios premios y menciones a nivel nacional. Los blogs actuales son: www.marearoja00.blogspot.com y www.animalesprimitivos.blogspot.com
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Muchas gracias por darme un conocer . Es un gran honor para mí estar en un sitio del país hermano.
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