En su primera entrega de textos impresos, Nancy Molina lo hace con una selección de poemas centrados, tal como lo dice su nombre, en la Madre-Tierra, la Pachamama originaria que acoge a todos su hijos, sin hacer distinciones, sobre su vasto manto, y que hoy (y es posible verlo) recibe tan mal pago en cambio.
Sin pretender ser un compendio de poemas ecologistas, Nancy nos hace reflexionar no sólo sobre la tierra en sí, sino, sobre todos los elementos, a los que suma un recorrido por las emociones de ese "Ser" básico, hombre y mujer, que puebla y se enseñorea de este planeta.
La Mancha, Quilicura
La Mancha, Quilicura
Madre Tierra es el primer número de una nueva colección de plaquetas llamada "Dame la mano" , otra publicación de Ediciones del Taller, en un nuevo intento de acercar el producto impreso a escritores que, por una u otra razón no hayan podido concretar este ansiado paso.
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* La respuesta la encontré en la Tierra, la madre naturaleza y la armonía que existe entre sus hijos; la gran capacidad de todos los pueblos originarios de comunicarse con la naturaleza me entregó los códigos y la fuerza para poder gritar de una manera muy personal lo que siento cuando veo la devastación de nuestra medio ambiente, la pérdida de nuestra identidad y la indolencia con que tratamos a nuestros pueblos originarios.
Nancy Molina Vargas
EL MANTO
El frío que siente la madre
la estremece
tiembla, llora
porque su verde manto ya no la abriga.
Esta descubierta, desnuda.
No tiene praderas que la cubran.
No tiene árboles que frenen la furia de la lluvia,
no tiene flores que la vistan de alegría.
.
La madre tiene frío
porque su manto le fue arrebatado
¡Vendido!
¡Botado!
¡Pisoteado!
La madre llora
porque su manto no encuentra..
Sí, está allá, en la fábrica,
lo mira…
lo sufre…
Ve cómo lo deshacen
con manos ladronas,
con manos asesinas.
+
Su manto,
que tejió con el correr de los siglos
de vivos colores,
de flores maravillosas que alegraban el alma,
de árboles frondosos que refrescaban,
que cubrían, que abrigaban,
que escondían amantes enamorados.
La madre tiene pena
porque su manto no encuentra.
Está desnuda, esta desierta.
Su cuerpo
busca el abrigo de su manto,
lo busca, se lamenta,
no lo encuentra...
Sufre,
no lo encuentra.
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Nancy Molina Vargas
EL MANTO
El frío que siente la madre
la estremece
tiembla, llora
porque su verde manto ya no la abriga.
Esta descubierta, desnuda.
No tiene praderas que la cubran.
No tiene árboles que frenen la furia de la lluvia,
no tiene flores que la vistan de alegría.
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La madre tiene frío
porque su manto le fue arrebatado
¡Vendido!
¡Botado!
¡Pisoteado!
La madre llora
porque su manto no encuentra..
Sí, está allá, en la fábrica,
lo mira…
lo sufre…
Ve cómo lo deshacen
con manos ladronas,
con manos asesinas.
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Su manto,
que tejió con el correr de los siglos
de vivos colores,
de flores maravillosas que alegraban el alma,
de árboles frondosos que refrescaban,
que cubrían, que abrigaban,
que escondían amantes enamorados.
La madre tiene pena
porque su manto no encuentra.
Está desnuda, esta desierta.
Su cuerpo
busca el abrigo de su manto,
lo busca, se lamenta,
no lo encuentra...
Sufre,
no lo encuentra.
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Gracias por la entrega querida Nancy.
ResponderEliminarSi, es verdad , la tierra, no es "la tierra" es la patria, el hogar, la tierrita del campesino, las tierras del latifundista ladrón.
En nuestra cuna y nuestra mortaja.
Gracias SECH-
Un abrazo desde Argentina.
amelia arellano
Gracias por tu comentario querida Amelia, me siento honrada
ResponderEliminarNancy Molina