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por Lila calderón
Un rostro al fin del día
Una cuna entre las
hojas muertas del día
Un ramo de lluvia
desnuda
Todo Sol oculto
Toda fuente de los
espejos en el fondo del agua.
Paul Eluard.
El libro "Ecos,
matices y agujeros del alma", de Nancy Ramírez, reúne un conjunto de textos
poéticos y narrativos que nos revelan desde la perspectiva femenina todas las
preocupaciones humanas, la amistad, el amor, el dolor, la pasión, la
injusticia, la muerte, el desengaño, la creación y los vaivenes de la política,
entre otros temas. Su mirada, a veces nostálgica, otras dramática y
desencantada expone página tras página un mundo femenino sin maquillaje, cual
escenas de un álbum de fotografías.
Los que habitamos la
poesía y perseguimos el enigma de las sombras sabemos que el crepitar de una
hoja, el eco perdido de un reloj o una risa que viene desde la infancia, puede
agitar la fuente de las maravillas para revelar que no hay fronteras en ese
espejo desde donde viajamos de sueño en sueño a través de las palabras, hasta
sentir la pasión del vuelo que produce un placer intraducible. Porque es el
paso de las estrellas en medio del vibrato de los elementos lo que se despliega
cuando la intuición acecha o cae el verso como un acertijo en mitad de la
noche. Ese es el mundo que nos llama. No se puede escapar de este vivir
asombrados con la inmensidad e intensidad de la creación.
Renunciar a la
belleza de trabajar rearmando el mundo o proponiendo nuevos mundos a través de
la escritura sería una condena que haría sentir los mil obstáculos de la rutina
y las dificultades del existir, anulando en nosotros la sensación del ejercicio
esencial de la vida, de la experiencia poderosa de tejer un rumbo, de trazar
caminos para avanzar, crecer, buscar un paisaje ideal, el paraíso, el qué de la
existencia y trascender la prisión del Yo, para integrar algo superior que
presentimos y que la poesía nos hace avizorar.
Porque la poesía
produce un estado metafísico embriagador, nos permite fluir en la construcción
de un espacio al que llegamos sin considerar que avanzamos tanteando a oscuras,
moviéndonos por puentes y túneles riesgosos tras un proyecto de conocimiento… y
entender finalmente quiénes somos y qué hacemos o pretendemos hacer en este
mundo. El motor que nos guía es la emoción, aunque la intuición sea vaga,
presentimos en la lucidez del llamado un eco que no es posible desoír.
Quienes escribimos y
buscamos en el lenguaje nuestras armas para combatir a diario los molinos de la
frivolidad y la intrascendencia sabemos de los dolores quijotescos que se debe
padecer, pero la alegría inmensa de ir a ojos cerrados a un encuentro con el
cosmos y volver con fractales de estrellas, pólenes de luz o filamentos de un
silencio revelador comprendemos que la poesía es el oro esencial que
materializa la alquimia. Y por ella luchamos.
Por eso saludo a
Nancy Ramírez Arancibia, con quien comparto la pasión por la escritura. Y como
ella misma dice en el poema Vocación: “pero los pájaros siguen/ las
calles siguen/ los árboles también siguen/ y yo aquí sedienta/ de esta
lujuriosa borrachera/ donde cada verso es una lágrima/ con forma de poema”.
Felicitaciones por este libro.
Lila Calderón, 2012
Ruby Periales, Gregorio Angelcos, Patricia Téllez y Nancy Ramírez
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