Autor: Antonio Skármeta
Editorial Planeta
Mayo de 2011
por Omar Cid
Mayo de 2011
por Omar Cid
Resulta complejo analizar con cierta libertad, un trabajo que ha sido galardonado con un premio como el Iberoamericano de narrativa Planeta –Casa América 2011 - reafirmo esta apreciación- sobre todo cuando se tiene una mirada distinta y en ningún caso mayoritaria
Nos encontramos frente a una novela social y política, en toda la dimensión de la palabra hago hincapié en el concepto, porque cinco años atrás o diez, para ser más exacto, este trabajo sería catalogado como un simple panfleto. Recuerdo una anécdota del año 2008, por estas fechas lanzábamos junto a Alfredo Lavergne y Gregorio Angelcos un texto de pequeños ensayos y artículos periodísticos titulado “Puro Chile Suciedad Democrática”, presentado en ese entonces por Juan Pablo Cárdenas y Jorge Arrate, donde la portada del libro era el palacio de gobierno con la expresión “se vende”.
Estuvo en los estantes de la Sociedad de Escritores y debo decir que incluso algunos, tenían terror de tocarlo, el ejemplo apunta simplemente a retratar un espíritu de época, donde al parecer lo literario no podía ser manchado por lo político -e incluso- ser crítico del duopolio cultural existente, era una aberración, no soportada por las grandes editoriales.
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Sin embargo Antonio Skármeta, se atreve a relatar desde la ficción, los últimos años del régimen militar, usando el personaje de Adrián Bettini, un publicista perseguido, sin pega y frustrado, a quién los partidos de la recién formada Concertación, le encargan la campaña publicitaria del NO a Pinochet, desde esa perspectiva, el autor se suma a la construcción histórica que nos dice. El cambio que Chile requería se hizo con un papel y un lápiz logrando la caída del poder militar.
Tenemos entonces a Bettini asumiendo la responsabilidad de hacerse cargo de La Campaña del NO. Luego de rechazar la oferta del Sí, hecha por el propio Ministro del Interior de Pinochet.
Como buena ficción, existen pequeñas historias entrelazadas, como la de Nico y Patricia Bettini, un par de adolescentes que entre el amor, la política y las contradicciones de la edad, le dan a la narración un aire fresco y logrado.
No se puede decir lo mismo, en cambio del personaje principal y sus diálogos con el Ministro Fernández, incluyendo al ex Senador Orwin, es ahí donde a mi juicio los resultados no me parecen tan auspiciosos, porque si bien mantienen un aire de ironía, tienden a estancarse en un humor sin los matices oportunos.
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La novela sin embargo, logra por momentos dar con el ambiente, de esos años de principios de 1987 y 88.
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Mi mayor aprehensión con el relato, es que el personaje central (Adrián Bettini) se encuentra demasiado domesticado, hay una ausencia de carne, a pesar de los cigarros y el licor que consume, puede que el hablante, carezca del tiempo histórico suficiente, para dejar sus acomodos y oportunismos, que no le permiten dañar ni con el pétalo de una rosa, ciertos aspectos de nuestra historia reciente.
Ni siquiera la sangre del profesor Paredes, logra clavar una espina en el corazón del concubinato en ciernes.
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Dicho esto, debo reconocer que Nico y Patricia, son el gran acierto de Skármeta, en ellos está la vida, el aire primaveral que respiramos, en esos primeros días de octubre de 1988.
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"Cuando se tiene una mirada distinta y en ningún caso mayoritaria"
ResponderEliminarImporta la "mirada", sobre todo si es distinta, las mayorías no corren en literatura, importan los que se atreven, los que son capaces de sacarse la careta y los lentes ahumados, aprobado el análisis, ¿análisis? pero con bemoles.