Este viernes 5 de marzo a las 19 horas
Los escritores se reunen
y comparten con sus colegas del SUR.
Con sus escritores y filiales SECH
Micrófono abierto
y un aporte de alimentos no perecibles.
La casa del Escritor:Almirante Simpson 7
Metro Baquedano/Plaza Italia
.
Los escritores se reunen
y comparten con sus colegas del SUR.
Con sus escritores y filiales SECH
Micrófono abierto
y un aporte de alimentos no perecibles.
La casa del Escritor:Almirante Simpson 7
Metro Baquedano/Plaza Italia
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Amigas y amigos poetas:
ResponderEliminarHe seguido, a diario desde el primer momento, esos acontecimientos trágicos y dramáticos que le ha tocado vivir a Chile. Y me duele en el alma: ésta y todas las destrucciones.Esa dentadura ciega de la naturaleza. Como muestra de mi pesar, aquí este poema en el cual he querido, para la memoria, plasmar mi propio desasosiego.
COMO MAR, HOJAS, SILENCIO
Andrés Cruchaga
QUERIDOS COMPAÑEROS Y AMIGOS CHILENOS:
ResponderEliminarLES ESCRIBO DESDE VALPARAISO DONDE LLEGUé PARA PARTICIPAR INVITADO EN EL V CONGRESO INTERNACIONAL DE LA LENGUA QUE, COMO SABEN, SE CANCELó. PERO APROVECHO LA OPORTUNIDAD PARA ENVIARLES MIS DESEOS DE QUE TANTO UDS. COMO SUS FAMILIARES SE ENCUENTREN BIEN, AL MISMO TIEMPO QUE EXPRESO MI PENA Y SOLIDARIDAD FRENTE A ESTA CATASTROFE.
UN FUERTE ABRAZO Y LOS ACOMPAÑO EN ESTE MOMENTO DE DOLOR Y DESTRUCCION CON LA
SEGURIDAD DE QUE SE SALDRA ADELANTE Y LA ESPERANZA DE QUE NINGUNO HAYA SIDO
VICTIMA DE ESTE NEFASTO DESASTRE.
FRATERNALMENTE,
LUIS ALBERTO AMBROGGIO
ACADEMIA NORTEAMERICANA DE LA LENGUA
PD) SOLO LES ENVIO EN ESTE MOMENTO, EL ENLACE A UNA ENTREVISTA QUE ME HIZO EL ESCRITOR DOMINICANO DE LA UNIVERSIDAD DE HARVARD, LEONARDO NIN:
http://mediaisla.net/revista/2010/02/luis-alberto-ambroggio-%e2%80%9cescribo-par
a-repetirme-hasta-el-olvido-y-recordarlo-en-cada-verso%e2%80%9d/
william.yankes@gmail.com
ResponderEliminarEstimados amigos:
Les escribo desde Estados Unidos
preocupado por el bienestar de sus miembros.
Saludos especiales a los señores Barrientos y Marchand
de Bill Yankes
Por favor, envien aunque breves noticias de como sobrevivieron
este terremoto devastador.
Queridos amigos: Es lamentable seguir escuchando las noticias que llegan de Chile. Espero vosotros estéis bien aunque el dolor por las víctimas nos sigue golpeando. Es preciso orar por todos, hoy por ti, mñana por mí.
ResponderEliminarOs deseo lo mejor en estas cinrcuntancias y me duelo en vuestro dolor.
Abrazos
Isabel Diez
www.oriflama.es
Recibimos un mensaje de Bernardo Reyes.
ResponderEliminarDice que vive cerca de la Moneda y que cayeron edificios patrimoniales como el Museo de Bellas Artes.
Ustedes están bien?
Nos asombra que la gente por televisión dice que no necesitan ayuda de urgencia del extranjero. ¡Qué dignidad!
--
Marcos Reyes Dávila,
Director Revista EXÉGESIS
UPR-Humacao, Puerto Rico 00791-4300
"Otro mundo es posible."
www.lasletrasdelfuego.com
Estimados amigos, connacionales todos,
ResponderEliminarno es el momento para poesía, se dirá. Pero este poema de mi libro « Hermanía » (Apostrophes, 2005) describe mi experiencia como porteño con los terremotos, y aunque está referido sólo a Valparaíso, sus conclusiones atañen a todas las regiones del país.
Terremoto
Sea que la ira olímpica
de dioses sin faz ni nomenclatura,
sea que el magma emancipándose
en una súbita subversión
de fuerzas centrifugales pujando,
o que exhaustas placas tectónicas
acusaran su vejez de edades cósmicas,
y soltaran su enorme carga terrestre,
de pronto un sordo ruido adviniendo
desde las profundidades pétreas
del vetustísimo planeta,
de pronto un aullar de perros
al unísono contra los cielos,
y una estampida de centauros
desbocados desde el zodíaco,
un escalofrío telúrico
sacudiendo en ondas sísmicas,
estremeciendo en violentas rachas
de sumergidos potros salvajes
la rugosa costra de la tierra.
Aún somnolienta aquella mañana
la populosa ciudad ondular
trepada por largas escaleras
hasta su cima de fatiga y sudor,
enlazada por calles circenses
desplegando su imaginería
de contorsiones y saltos mortales,
izada por metálicos trapecios,
barrida por el húmedo vendaval.
Un súbito estremecimiento
de tu concavidad longitudinal,
un levísimo plegamento
de tu ondulación orográfica,
y en una loca danza terrestre
tus escaleras, tus callejuelas,
tus fantásticas casas romboides
suspendidas sobre el océano,
tu escalofriante arquitectura
desafiando las leyes tectónicas,
indóciles al orden racional.
Nunca serás más Valparaíso,
que cuando la mar veleidosa
te arrebató el espacio arrebatado,
reconquistó sus perdidos distritos,
nunca serás más Valparaíso,
que cuando tu espinazo sáurico
crispó sus vértebras transversales,
y redujo a ruina y escombros
tus habitáculos inauditos,
nunca serás más Valparaíso,
que cuando tu prole marítima
se derrumbó con tu arquitectura,
y volvió a elevar en el viento
su hogar de equilibrio y fatiga.
Y sea que la ira olímpica,
o fuerzas telúricas conjuradas
reduzcan a polvo tus cimientos,
volverás a renacer, Valparaíso.
Ulises Varsovia
(2003)
CUATRO TREINTA Y CINCO DE LA MADRUGADA
ResponderEliminarPor Marianela Puebla
4:35
Tiempo del reposo.
Hora imprecisa en donde retrocede la noche
y da a luz el alba.
Pero ese día no amaneció
Chile fue agredido con un letal terremoto, a las 4:35.
A las 4:35 la luz nunca llegó a los ojos
de cientos de chilenos,
sucumbieron bajo los escombros.
Otros cientos quedaron sepultados
por el mar que barrió el Maule y el Bio Bio,
como si nada.
Dos gigantes furiosos despiertan,
engullen las casas y su gente.
4:35 de la madrugada.
La noche escarba con su uña de plata
las telarañas del amanecer,
pero no amanece,
la claridad esconde su rostro albino
no quiere ver tanta miseria.
4:35 Media hora más tarde.
El ruido se hace visible,
la madre tierra procreó un monstruo de dos cabezas:
el primero sacude con su enorme cola
hasta colapsar los edificios, puentes y carreteras,
el segundo llega después cabalgando una ola gigante.
Concepción, Curicó, Constitución,
Talca, Dichato, costa del Maule y Bio-Bio, Chiguayante,
pequeños villorrios y comunidades,
todo fue asaltado por aquel ser salido de la noche.
4:35 Madruga. Una hora después.
El silencio vaga las tierras sureñas y devastadas,
huérfano sin nombre, sin ubicación,
no encuentra reposo.
Ya nada es lo mismo, es cierto,
las horas caen desfallecidas sin un hombro en que gemir.
No hay pañuelo para enjugar tantas lágrimas.
El dolor yace indeleble sobre la sucia acera.
La muerte no tiene límites,
llena su fúnebre carruaje
y no se da abasto.
4:35 el reloj se ha detenido,
sus manecillas apuntan hacia el ruinoso caserío.
No hay nada qué hacer.
Muchos quedaron en sueño inconcluso,
quizás necesitan despertar, pero les está prohibido.
Bajo los escombros y el lodazal,
la vida se esfuma.
4:35 Hora fatal, cómo olvidarla.
Dos días después.
Un niño carita sucia, ocho años
llamado Iván,
busca afanosamente entre los desechos
de su antigua vivienda,
su trencito
que se niega a morir.
Salir de la catástrofe, desde la cultura, por una cultura de solidaridad humana.
ResponderEliminar“Con rabia y con pena”
Una vez más la naturaleza golpea con su fuerza destructora en la forma de un terremoto, una vez más las principales víctimas son la gente desamparada por el sistema, una vez más las soluciones no son implementadas de inmediato por quienes tienen el poder y el deber de hacerlo. Un 12 de enero fue en Haití, con epicentro muy cerca de su capital, Puerto Príncipe, todo quedó en el suelo. Ahora un 27 de febrero el epicentro fue en el mar a 53 kilómetros noreste de Concepción, Chile. Los daños son incalculables.
Ambos pueblos necesitan hoy todo nuestra capacidad de apoyar en fuerza moral y en recursos a quienes se imponen el deber de levantarse de estos azotes.
Cuando algunos expresan su “solidaridad” con una invasión militar, otros, a tres días de los acontecimientos, lejos de enviar la ayuda primaria imprescindible, envían contingente militar para proteger la propiedad privada, como si esta tuviera valor ante el drama de quienes lo han perdido todo, unos la vida, y centenares de miles de sobrevientes, sus casas y pertenencias.
Es este el momento en que o estamos a la altura de lo que se requiere como respuesta humana o somos brizna de nada movida por el viento. Compartimos las palabras del poeta Hector Torres: “El arte y la cultura no sólo pueden ser un estímulo, sino una luz para iluminar la parte oscura cuando las nubes tapan el sol de la esperanza.” Que cada cual asuma su deber iluminador desde una cultura a la altura de las necesidades y capacidades humanas.
A la cultura del desprecio por el ser humano y su dolor, a la cultura de primero los intereses del poder, a la cultura de hablar y retardar las soluciones, a la cultura de resolver todo militarmente, debemos imponer la cultura de la solidaridad, la cultura de estar con nuestos hermanos en su dolor y en su justa rabia, la cultura de hacer, poniendo como centro y motor al ser humano, la cultura de organizarnos desde nuestras necesidades para soluciones de fondo.
Compartimos la voz que desde el movimiento sindical se levanta por intermedio del Sindicato de trabajadores contratistas del Cobre, SITECO:
“Llamamos
A todas las organizaciones sindicales y sociales a mancomunar esfuerzos para recolectar alimentos, frazadas, pañales, todo tipo de vestuario y otros productos para ayudar a nuestros hermanos de clase que hoy sufren, así como también conformar brigadas obreras para contribuir a la reconstrucción de nuestra Patria, como ha sido la tarea y deber históricos de nuestra hermosa clase obrera.”
En momentos de tragedia los pueblos encuentran su fuerza para seguir la vida. Tanto en Chile como en Haití vemos que el aparato del estado no está a la altura de las circunstancias. Hoy a la tragedia de la naturaleza le agregamos la naturaleza trágica del aparato de gobierno, su absoluta incapacidad de ver al ser humano y socorrerle en su drama y en sus necesidades.
Es agua, comida, abrigo y más, mucho más, lo que se necesita ahora mismo. Estas catástrofes muestran la necesidad y urgencia de organizar de otra forma la convivencia humana. Nos pronunciamos por la vida en la organización de un pueblo que se salva a sí mismo, pasando por encima de los que les oprimen, empobrecen y ahora les dejan en el desamparo.
Festival Palabra en el Mundo
Revista Isla Negra
Proyecto Cultural SUR Internacional