viernes, 12 de agosto de 2011

De su libro, Vitral con pájaros. Jorge Etcheverry

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Kale borroka
(lucha callejera en vasco)



Donde haya juventud
Siempre que haya juventud
Los gobiernos corruptos
Los tiranos, las fuerzas de ocupación
No descansarán en paz
Las calles se erizarán de barricadas
El aire de las ciudades se hará irrespirable
con el humo de los neumáticos encendidos
Los policías con sus perros se abalanzarán como buitres hambrientos
y numerosos
sobre las multitudes envueltas en el gas lacrimógeno como en un sudario
Mientras los gobiernos centrales
o federales hacen aprobar nuevos decretos,
bandos y edictos para combatir la subversión
En sus parlamentos títere
en que las divisiones partidarias
son otras tantas máscaras
que ocultan  a los desconocidos de siempre

Hoy protestan y luchan en San Sebastián
En Quebec City, en Yakarta
En las reuniones internacionales
del Banco Mundial, el Grupo de los Siete
donde las corporaciones vestidas de países
se lo tragan todo
se lo reparten todo
Y planifican cómo poner un precio al aire
Al agua, a los genes de plantas y animales
Cómo estrujar otra gota de la gente
venderle otras ilusiones,
imponerle nuevas reglas
para la compra y venta de su carne

Ayer era en Chile, el Salvador
que los jóvenes se echaban a la calle
a la sierra en Cuba
a las montañas en Colombia y Venezuela
Ocupaban las aulas en Uruguay y Argentina
Por dar unos ejemplos

En fin, bueno
Los cabros, las chiquillas,
como una bandada de pájaros
celestiales y efímeros
Tirando piedras, cócteles Molotov
Sembrando miguelitos en la calle:
una papa atravesada por clavos
cuyas puntas sobresalen
o un alambre grueso y filudo,
que se dobla de manera de caer siempre parado
con las puntas para arriba.

Sean ellos, los jóvenes
Algunos jóvenes
Que abarcan amplios horizontes
en las tareas del crecimiento
Cuya maduración exige la utopía
como terreno y abono
Los que salgan a la calle una y otra vez

Mientras nosotros,
Los maduros y acomodaticios
miramos por televisión,
cómo arrojan piedras
provocan a la policía

Y tratamos de creer
que alguna vez fuimos así
Que fuimos los que ahora corren
porque parece que están disparando

Y quisiéramos creer
que quizás aprendieron algo de nosotros

Los que ahora miramos
Suspendiendo por un momento
nuestras míseras preocupaciones
Para asomarnos
a esos paisajes claros y vastos
Que constituyen
Junto con la calle
su territorio.
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