por Alejandro Hernández y von Eckstein
Escritor. Argentina, Paraguay.
Dice el viejo dicho “Errar es humano” por lo tanto, al pertenecer a esta clase de seres, llamados humanos, que habitan en un pequeño punto azul, llamado planeta tierra, ubicado en un recóndito lugar del universo, estamos sujetos a meter la pata... y en mi caso, como en el de muchos de los que leen estas líneas, con frecuencia en lo que se refiere a las reglas ortográficas.
Esta confesión de seguro hará arrancarse los cabellos a más de un purista enemigo de los extranjerismos, neologismos, defensor a rajatabla de las reglas de sintaxis, morfológicas y sobre todo las ortográficas.
¡Como vas a escribir a sí esa palabra!, ¿De donde sacaste esa expresión?, ¿Por qué no vas a la escuela a aprender a escribir y después volvés?, ¿Y vos te llamas escritor?... anda a lavar los platos, son algunas de las expresiones que más de una vez hemos escuchado los que tratamos de darnos a entender expresando nuestras emociones, vivencias, anhelos e imaginación por medio de la palabra escrita.
Es cierto que se debemos tratar de expresarnos de la manera más correcta posible y, como todo humano, aprender de nuestros errores tratando de ser mejores la próxima vez. Sin embargo lo que nunca debemos hacer es auto amordazarnos y dejar de expresarnos por temor a ser blanco de los hirientes dardos de la burla y critica de los censores ojos de los que “nunca meten la pata”
¿Será que estos puristas son tan inmaculados y su vida es tan “pura” que se les ha permitido tirar esas primeras piedras?...porque todos metemos la pata...
Una vez alguien me dijo: No dejes de escribir. Es cierto que tenés muchas faltas ortográficas pero para solucionar eso existen los correctores. Un escritor puede ser corrector pero un corrector jamás podrá ser escritor”
Cada individuo nace con una predisposición para hacer “algo” determinado y tiene la obligación de utilizar esa “ventaja” en favor de la comunidad.
Muchas veces recorriendo la blogsfera uno puede encontrarse con textos, relatos o poemas que son verdaderas joyas en cuanto a la expresión de sentimientos u originalidad. Relatos que a más de uno nos ha sacado una sonrisa pícara debido a su sensualidad o, tal vez, han hecho que una lágrima ruede por nuestra mejilla debido a los sentimientos expresados. Sin embargo es probable que también estén llenos de horrores ortográficos.
Es cuando esto sucede que me pregunto ¿Es justo privar al lector de estos textos cuyas fallas se deben a que al escribirlos primo el arrebato y la pasión al culto a Cervantes? ¿Debe acaso ese escritor dejar de escribir hasta el momento que lo haga con la gracia, estilo y pulcritud de un Premio Nobel de literatura?
Y yo me pregunto abriendo, con todo respeto, un pequeño paréntesis en este punto ¿acaso Cervantes, Neruda, Cortázar, Roa Bastos, Vargas Llosa, Benedetti y tantos otros genios de la literatura, jamás tuvieron alguna metida de pata ortográfica, sintáctica o morfológica?...porque todos metemos la pata...
En el recientemente finalizado 5º Encuentro de Escritores del Mercosur el escritor brasilero Carlos Giovani Delevati Pasini dijo “Escribir es obligatorio leer es opcional”. Esto quiere decir que no debemos reprimirnos y mucho menos dejar de expresarnos privando a las personas, que deseen leernos, de una obra que aunque con algunas fallas puede llegar a emocionar, divertir y porqué no deleitar.
Por todo lo expresado más arriba, concordando totalmente con Carlos Giovani, yo no escribo con el cerebro, cuya estructura matemática y lógica repite, archiva y des archiva toda la información recibida en las tediosas clases de castellano, lo hago con el alma, la cual al parecer bloquea esta rigidez puntillosa en los arrebatados momentos de inspiración. ¿El resultado? El lector lo juzgara. Tal vez pueda ser arrastrado por las imperfectas líneas del relato y quedar atrapado en un mundo perdido en las brumas del espacio y el tiempo con el cual pueda emocionarse, divertirse y porque no compartir conceptos, o simplemente rasgarse las vestiduras y alejarse de este y otros tantos sacrílegos textos... Sé que los puristas que han tomado esta última decisión se lo pierden... porque del texto más malo del mundo se puede obtener alguna conclusión positiva y nadie me va a convencer que ellos, los puristas, nunca metieron la pata.
Alejandro Hernández y von Eckstein. Nació en Buenos Aires, República Argentina en 1966 radicándose en Asunción República del Paraguay en 1985. Estudió en la Universidad de Asunción la carrera de Administración de Empresas. Desde 2007 es miembro de la SEP (Sociedad de Escritores del Paraguay) siendo desde 2008 miembro de la comisión directiva. En Enero 2010 es aceptado como miembro del PEN Club Paraguay
Gracias compañeros de SECH por reproducir este articulo de mi blog.
ResponderEliminarUn ciberabrazo desde Asunción para todos sus socios